Hace cinco años os invitamos a entrar en nuestra familia y, desde entonces, hemos estado trabajando para acercaros nuestra manera de vivir el metal.
Hemos trabajado día a día, consiguiendo el reconocimiento de promotores, bandas y agencias, que saben que siempre damos el trato más cariñoso y humano al material que nos hacen llegar.
Nuestra familia ha conseguido abrirse paso fuera de nuestras fronteras, asistiendo a festivales en Suiza, Portugal y, este año, en Francia, demostrando que nuestro trabajo es de calidad. Pero nuestro verdadero orgullo es estar presentes y poder representar la web en múltiples eventos, sea cual sea su tamaño: tanto en macrofestivales como en conciertos en salas con poca afluencia, pasando por todos esos conciertos y festivales que cuentan con nosotros año tras año y confían en nuestro buen hacer.
Por mi parte, el mayor de mis orgullos es ver el crecimiento personal de los miembros de la familia, que se han ganado el reconocimiento de la escena y que, algunos de ellos, desempeñan labores en promotoras, agencias o apoyando de alguna manera la organización de ciertos eventos. Esto no es fruto de su trabajo en la web, pero me enorgullece que mis compañeros estén allí cumpliendo con nuestro lema.
Cuando empezamos durante la pandemia, un 17 de septiembre —día de la celebración de la manifestación Alerta Roja a favor del mundo del espectáculo—, pensábamos que la música y la cultura estaban heridas de muerte. No fue así, ya que, tras un par de años coleteando, la pandemia dejó una tregua y la música volvió a las salas, bares y recintos. La vida regresó y volvimos a disfrutar de la música que tanto amamos, porque realmente es sobre las tablas donde se disfruta.
Y, para terminar, en un momento tan convulso a nivel social y político, con el crecimiento de los ideales fascistas y ultranacionalistas, no podemos sino apoyar incondicionalmente a Rock contra el Fascismo y su lucha diaria contra esa lacra. Vemos cómo se celebran de manera clandestina eventos nazis, o cómo a finales de septiembre se pretende celebrar en Cantabria el Galerna Fest, y que gracias a esta asociación y a su trabajo se consiguió evitar su celebración en anteriores intentos. Esperemos que esta vez tampoco pueda llevarse a cabo.
También queremos mostrar nuestro rechazo al genocidio en Palestina y al Estado de Israel, que no cuenta con el favor del rock ni del metal. Aunque la música no acallará las bombas ni dará de comer a esas familias, el pueblo palestino tendrá siempre un altavoz en nuestra música.
El rock y el metal son más que música: se viven. Y nosotros llevamos cinco años viviendo un sueño que seguiremos compartiendo contigo.
Jacques-Marie Bat