Crónica: HORA ZULÚ – 25 años de Energía Inagotable (en Industrial Copera 26/04/25)

El 25 aniversario de HORA ZULÚ no pudo celebrarse en un escenario más emblemático. Industrial Copera, la mítica sala granadina, se convirtió en el punto de encuentro para todos aquellos que han seguido la trayectoria de la banda desde sus inicios y para quienes, por primera vez, se sumaban a la fuerza arrolladora de su directo. Con un aforo lleno a rebosar, la noche prometía ser histórica y, efectivamente, lo fue. La competencia no era fácil, por un lado, el Madrid-Barcelona, por otro, otra mítica banda granadina con sold out en otra sala y, a pesar de ello, la banda llenó, vio y venció.

Desde el primer acorde de la noche, el sonido de HORA ZULÚ se apoderó de la sala con la misma intensidad que sus primeros discos hace más de dos décadas. Con una puesta en escena espectacular, granaína a más no poder, la banda demostró por qué, tras 25 años de carrera, sigue siendo uno de los pilares fundamentales del rap-metal alternativo en España.

El primer subidón llegó cuando Aitor Velazquez (vocalista y líder de la banda) tomó el micrófono y, con su inconfundible voz, saludó a los presentes, desatando una ovación que resonó en las paredes de la sala. El público, desde el primer momento, estuvo entregado. La atmósfera estaba cargada de emoción y expectación, pero también de una energía casi eléctrica que parecía que solo el metal puede generar.

Los primeros compases de la noche trajeron a la memoria algunos de los clásicos de la banda como Coplas de negra inquietud y Tango. Las guitarrasr de Paco Luque, afinadas con una precisión quirúrgica, y la base rítmica potente de Javi Cordovilla y Manu Romero, quienes se encargaban de mantener el pulso de la noche, garantizaban que la esencia de la banda no se hubiera perdido con los años. Pero la verdadera sorpresa fue el dinamismo de Aitor, quien se mostró tan enérgico y carismático como en sus primeros días, aunque algo más comedido entre temas, llevando al público a un estado de éxtasis colectivo.

El setlist, compuesto por una cuidada selección de temas de prácticamente todos sus álbumes, no dejó indiferente a nadie. Hubo espacio para sus más recientes trabajos como Nueva Babel y De-que-rer-ser, pero también para esos himnos que han marcado a generaciones enteras, como Mis Barraqueras o Gabinas de cochero, tema que hizo estallar la sala. La mezcla de riffs contundentes con los pasajes más metálicos creaba un balance perfecto entre la dureza del metal y la expresividad emocional del grupo.

Pero lo que realmente convirtió este concierto en una fiesta única fue la conexión con el público. HORA ZULÚ no solo tocó para sus seguidores, sino que los hizo partícipes de su celebración. Hubo momentos de complicidad, como cuando Aitor Velázquez bromeó con los resultados del partido en curso, picando al enorme Paco Luque, siempre sostén del inconfundible sonido de los granadinos.

El punto culminante llegó con Agua de mayo, un tema que, después de tantos años de carrera, sigue siendo una de las joyas de su repertorio. La intensidad de la interpretación, la fuerza del público y la emoción palpable en el aire hicieron de este momento uno de esos instantes que quedarán grabados en la memoria colectiva.

Al final del concierto, HORA ZULÚ se despidió con Andaluz do nascimento y Aversimentiendes en una explosión de fuegos artificiales lumínicos y sonoros, como si quisieran marcar con este final apoteósico un nuevo capítulo en su historia. La ovación fue ensordecedora y, aunque el concierto llegaba a su fin, el público no paraba de aplaudir, sabiendo que han sido parte de una noche que jamás olvidarán.

HORA ZULÚ sigue siendo un referente en la escena musical española, demostrando que, a pesar de los años, su energía, autenticidad y pasión por la música continúan intactas. El 25 aniversario no solo fue una celebración de un legado, sino también una reafirmación de que el futuro de la banda puede tener aún capítulos sin escribir.