21:45 otra noche de metal en la Sala Riff, mi fotográfo favorito esta listo, y todo hoy está puntual cual un reloj atómico…
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Desde el primer acorde, la potencia del sonido fue innegable. En el escenario, INCORDIAN se hizo con el control absoluto del público, dejando claro que no estaban aquí para perder el tiempo. Su entrada fue brutal, con una presión sonora que casi se podía sentir en el pecho. Aunque el local no estaba aún abarrotado, la energía ya se palpaba en el ambiente.
La banda que dejó claro desde el principio que su influencia de LAMB OF GOD era innegable. La sección rítmica, liderada por un batería descomunal, mantuvo la intensidad durante todo el show, mientras los solos de guitarra destellaban con una calidad impresionante. Las primeras filas de la audiencia, aunque todavía pequeñas, se entregaron a la energía de la banda, que no dejó de darlo todo sobre el escenario. El cantante, con su voz áspera y gutural, completó la atmósfera de death metal que la banda parecía querer transmitir.
El grupo, entre bromas y risas, dijo “¡Granada, somos INCORDIAN, y vamos a darlo todo!” mientras iniciaban su tema Carroñeros, una canción que combinaba la agresividad de los riffs con una intro tipo «voz de película» que ponía en tensión a la audiencia. A medida que avanzaba el concierto, INCORDIAN fue creciéndose en el escenario, mostrando temas de su nuevo disco aún inédito. El público, poco a poco, se animaba a cantar y a moverse al ritmo de los ya constantes circlepits.
En medio del caos y las carcajadas, hubo momentos de humor, como cuando el vocalista bromeó: «¿Están podridos? ¡Gracias por estar aquí!» La atmósfera se relajaba de vez en cuando con comentarios como “seguimos con unas baladas”, lo que provocaba risas entre los asistentes. El show se acercaba a su fin con los últimos temas de la banda, celebrando el cumpleaños de su guitarrista Manuel, quien fue el centro de atención por un breve instante. No faltó tampoco una señal de tráfico de rotonda que sacaron y que alguien del público la empuñó como si fuera el mismísimo capitán américa.
Entre bromas y la energía de los últimos compases, INCORDIAN dejó un buen sabor de boca y una promesa de un merecido retorno. ¡Chapeau!
De las cenizas
La Bestia ya Despierta (L.B.Y.D)
Mugre humana
Carroñeros
Pestes
El Cerdo
De una jodida vez
Solo sangre
Muerte por churro
¿Donde está la muerte?
Thrashtornaos
A las 22:00, INJECTOR hizo su entrada. El sonido de su intro, del nuevo disco, hizo que el público se movilizara rápidamente. Los dos guitarristas se movían al unísono mientras la energía de la banda crecía en cada acorde. De repente, la influencia de ANGELUS APATRIDAS se hizo presente, pero no era solo eso; la atmósfera de MOTÖRHEAD también se dejaba sentir con la crudeza de sus riffs y su actitud. “Buenas noches, somos INJECTOR y esto es Unborn Legions”, anunciaron al inicio de su show, lo que desató la locura en la sala. Con este temazo de se anterior álbum Hunt of the Rawhead, dejaban claro sus intenciones.
La banda, que ya había ganado algo de terreno con sus primeros temas, ofreció una descarga de thrash metal en su forma más épica y sublime. Los solos dobles fueron un deleite para los fanáticos, y la interacción con el público fue instantánea. Nos dieron una clara muestra de su nuevo álbum Endless Scorn, pero siempre sin olvidar temas consagrados como March to Kill, sin duda todo un rompecuellos.
Estuvieron muy activos en todo momento ofreciéndose unos a otros en todo momento. Incluso Dani que estaba algo atado al micro, intentaba escaparse en cuanto podía. Su bajista Maffy también tomaba el micro para ofrecer coros, lo que enriqueció la experiencia. Pero en cuanto podía no paraba de un lado a otro, saltando…. llegando incluso a caerse de espaldas al tropezar con el pie de apoyo de su compañero, pero no pasa da, se levantó rápido y siguió dándole duro a las cuerdas como si no hubiera pasado nada.
A lo largo de su set, INJECTOR ofreció temas más clásicos en su repertorio, entre ellos, uno que la banda tituló “A veces hay que seguir el ritmo de la guerra”(Rythm of War), en el que todo se puso aún más serio. Fue un claro punto de inflexión, donde la banda entregó lo mejor de su sonido, a la par que el público se entregaba más y más.
La última canción de la noche comenzó a las 23:05. Con el ritmo frenético de Dreadbought Race, se apostilló en un final apoteósico, no sin antes agradecer a Granada por la energía y el apoyo.
Alfonso de la Osa (si eres de Granada y vas la Rainbow lo conoces seguro) decidió subir una vez más la apuesta y se lanzó al público, quien lo recibió con los brazos abiertos. El último empujón de energía fue impresionante, con el batería lanzando sus baquetas al aire, marcando el cierre de una noche memorable.
El reloj marcaba las 23:00 cuando finalmente el show llegó a su fin. La sala aún resonaba con los ecos del metal, mientras los asistentes se dispersaban, pero todos compartían la misma sensación: un concierto para recordar.
Path of the Wrathgod
Unborn Legions
Oppressive Force
Utloa
Rythm of War
Practica What…(cover)
March to Kill
Warning Blast
Gotard’s Delusion
Feed the Mosnter
Enemy of the Sun
Dreadbought Race