Llegó a mis oídos el nuevo disco de SVUCO, Nagoy, un trabajo que marca el renacer de la banda y la enfrenta a un futuro brillante.
Desnudo, como el que viene al mundo, Nagoy suena puro en una primera escucha, sin artificios innecesarios. Eso sí, todo lo puro que puede ser el stoner, un género de sonido grueso y áspero que la banda consigue convertir en melodía a través de largos interludios atmosféricos.
La banda comenta: “Por primera vez en su carrera, hemos decidido prescindir de colaboraciones externas, presentando un trabajo completamente orgánico, donde las emociones y la identidad del grupo se plasman en cada nota, mostrando nuestro lado más vulnerable y sincero.”
En esta nueva entrega discográfica, SVUCO se muestra sin filtro, sincero y seguro, con letras introspectivas que invitan a la reflexión. Sin embargo, esta vulnerabilidad no es sinónimo de fragilidad. La banda demuestra una enorme personalidad, construyendo un disco en el que explotan sus puntos fuertes: las melodías, los ambientes y una voz que se convierte en un recurso más, apareciendo y desapareciendo según la necesidad de cada canción.
Aunque se trata de un LP, su duración es corta, poco más de 30 minutos, lo que facilita una escucha de principio a fin sin esfuerzo. El álbum suena compacto y coherente, sin caer en la repetición ni en el tedio.
En un trabajo tan homogéneo es difícil destacar un tema por encima del resto, pero si hubiera que elegir uno, Alíen del desierto se llevaría ese honor. La canción logra plasmar a la perfección los dos conceptos clave del disco: un riff árido combinado con sonidos ambientales que invitan a un viaje estelar.
En resumen, Nagoy es un gran disco, hecho no con el corazón, sino con las entrañas de cada uno de sus integrantes, quienes se exponen ante el mundo sin más artificios que su música.
Saúl Gonzávez – Guitarra y Voz
Roberto Cano – Batería
Salva Moreno «Dollo» – Bajo, teclados y voz
1 – Lubilubar
2 – Alien del desierto
3 – Britba
4 – Sodo
5 – Calipso y la marea
6 – Grazzy
7 – Kárstica
8 – Desert Coconut