De todos los estilos de metal que han surgido, el deathcore es el más reciente ya que apareció en Norteamérica a comienzos de este siglo.
Como su propio nombre indica es una mezcla de death metal y metalcore: del primero incorpora las guitarras y el bajo con una afinación baja y los solos de guitarra; y del segundo los cambios de ritmo, las disonancias que crean más tensión y los interludios instrumentales. Y de ambos géneros adopta la alta distorsión y el “blast beat”, es decir, un ritmo de batería muy rápido y agresivo a base de doble bombo o doble pedal. En cuanto a los riffs, los grupos de deathcore usan indistintamente los del death metal y los del metalcore. También destaca el uso del “palm mute”, técnica de tocar bajo y guitarra que consiste en apoyar la mano que lleva la púa sobre el puente del instrumento, lo que produce un sonido apagado. Algunas bandas introducen también partes más melódicas para crear contrastes.
En lo que se refiere a las voces, está influenciado por el grindcore, con el que a veces es confundido erróneamente, ya que suele utilizar los mismos dos tipos de voz que éste: uno gutural y profundo característico del death metal y otro agudo y chillón que en vez de venir del metalcore viene del thrashcore (subgénero del hardcore punk más rápido y agresivo). Y al igual que en el grindcore a veces resulta difícil entender las letras.