Al igual que hay una versión melódica del death metal también la hay del black metal, creada por varias bandas escandinavas que lo hicieron más lento y como su propio nombre indica pusieron más énfasis en las melodías, pero sin abandonar otras características del estilo como el tono épico y la oscuridad conseguida gracias a las disonancias y al tritono (intervalo musical que otorga un sonido siniestro), las estructuras de canciones poco habituales con largas y repetitivas partes instrumentales y sin estribillos, la alta distorsión de las guitarras y el tipo de voz característico a la vez agudo y muy desgarrado, casi como un grito. Los grupos de este subgénero también suelen introducir el uso de teclados, algo poco o nada común en el estilo original e incluso en algunos casos voces limpias. Y algunos incluso incluyen elementos de géneros no pertenecientes al metal como el rock duro de los 70 o el rock alternativo.
Las letras por lo general no tienen casi diferencias con las del black metal, siguen siendo agresivas y oscuras en su mayor parte y tratan principalmente la misma temática: satanismo, ocultismo, guerra, muerte, el pasado remoto, mitología y floklore, misantropía (odio a la humanidad) y la naturaleza en su aspecto más salvaje.