Como demuestra la historia del metal, la mayoría de estilos dentro del mismo se han ido haciendo cada vez más extremos. Esto también ocurrió con su versión más lenta, el doom, cuando una década después de su aparición, a principios de los 90, surgió una serie de grupos escandinavos que crearon una versión conocida como funeral doom metal, aún más pesada y densa.
Esto lo hicieron aumentando todavía más su lentitud y la distorsión de los instrumentos, usando una afinación aún más baja de guitarras y de bajo y utilizando ritmos muy lentos y repetitivos que muchas veces son similares a los de los cantos fúnebres, con los que el género está muy relacionado y le dan un toque melancólico al sonido. Otras características peculiares son la extensa longitud de las canciones, que en algunas ocasiones llegan a ocupar gran parte de un disco o incluso todo él; el uso de teclados y/o sintetizadores, poco o nada habitual en el estilo original y que aquí se utilizan para proporcionar atmósferas oscuras y tristes; y la introducción en los temas de largas partes instrumentales, que muchas veces ocupan la mayor parte. También destaca que en el caso de varias de las bandas pioneras como los finlandeses THERGOTON y SKEPTICISM no usaban bajo, sustituyéndolo por guitarra rítmica y teclados.