La música en directo es como una droga, después de pasar el mono impuesto por el confinamiento, ya había olvidado el sabor de los conciertos, esta emoción a salir de casa, y dirigirte a la sala. El problema es, que como cualquier droga falta uno sola vez para recaer, mi primera vez fue hace unas semanas con EASY RIDER en Málaga, y ayer en Sevilla con el acústico de AVALANCH.
Ese ambiente cerca de la sala, ver caras conocidas, aunque no me suelo mover mucho por Sevilla, un buen puñado de amigos facebookianos que por fin se desvirtualizan, y otros con quien nos tropezamos a menudo.