Crónica: AYALA UNDERFEST – El rock en la calle

Siempre pensé que el rock había perdido su protagonismo musical cuando desapareció de las calles. Los rockeros y metaleros son sibaritas que no se mezclan con cualquiera, ni escuchan cualquier cosa, lo que provocó que se haya convertido en un público marginal y escaso. La escena underground vive y sobrevive en los garitos metaleros y rockeros lejos de los focos, pero en La línea asistimos a algo inusual, el rock tomaba las calles y el público respondió.

Llegamos a la calle Pérez de Ayala, corazón del evento, y es con gran alegría que compruebo que se ve movimiento en ambas lado de la calle en el TPOP y Tabanco Canaya donde tienen lugar los conciertos, pero sobre todo en el centro de la misma, donde se puede ver la gente disfrutar de su copa echando una mirada al mercado de vinilos al son de DJ Ligre, quien se encargó de poner banda sonora a la calle.

Debido a las obligaciones laborales no llegamos a tiempo para ver a PLASTIC WOODS, pero los ecos han sido favorables tanto por parte del público como por parte de la banda que encontramos asistiendo a las demás actuaciones.

EL CHICO MELODRAMA ofreció un recital de rock gamberro tirando al punk. Letras llenas de humor, ácidas, que no dejan indiferentes a nadie, junto al carisma de un solitario artista que consiguió captar en todo momento nuestra atención.

Cruzamos la calle para asistir al recital de MOHAMA SAZ. La banda nos ofreció un viaje a través de ambientes que mezclan las influencias turcas e indias con el rock. El responsable de la fusión, precisamente el instrumento que usan como centro del show, el saz, un instrumento musical de cuerda que se popularizaron los persas y cuya forma característica aparece ya en frisos egipcios del siglo IV a. C. Un sonido que envuelve todo, y que con un buen juego de luces deja hipnotizado al oyente. Una experiencia que se debería de vivir una vez en la vida.

En ese id e venir entre locales regresamos al Tabanco Canaya donde acaba la prueba de sonido BLUE MAN & THE EYE, dueto acústico formado por Jesús de PLASTIC WOODS y Antonio de RED EYE. Un acústico memorable y emotivo, en el que pudimos ver varias personas emocionadas al escuchar los temas elegidos por ambos artistas, interpretado con gran sensibilidad, especialmente al versionar a Triana, un valor siempre seguro.

Volvemos al TPOP donde LUNAVIEJA está rematando los detalles de su actuación y preparando lo que sería su grandiosa entrada con Stefy y “el demonio” bailando y tocando el tambor en medio de la calle y llamando al aquelarre al público. Como va siendo la tónica en el rápido crecimiento que tiene la banda, la gente que no conocía los malagueños se quedó boquiabierta y la audiencia que, si los conocía, estuvieron al igual que nosotros, compartiendo las plegarias y conjuros. Un espectáculo que va más allá de lo musical y que clausuró a lo grande el festival.

En resumen, una gran iniciativa que ha sido apoyada por el público que respondió numerosamente al evento a pesar de una meteorología adversa con lluvia y viento. Aun así, los bares se llenaron, y la calle también, una calle que volvía a ser territorio de los rockeros de todas clases, donde uno se sentía a gusto y vivo, porque el rock es vida, y como lo dice nuestro lema es nuestra forma de vida.

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