Siempre pensé que el rock había perdido su protagonismo musical cuando desapareció de las calles. Los rockeros y metaleros son sibaritas que no se mezclan con cualquiera, ni escuchan cualquier cosa, lo que provocó que se haya convertido en un público marginal y escaso. La escena underground vive y sobrevive en los garitos metaleros y rockeros lejos de los focos, pero en La línea asistimos a algo inusual, el rock tomaba las calles y el público respondió.