Había pasado poco más de un año desde la anterior visita de SAUROM a Madrid, cita que también tuvimos el lujo de poder presenciar. Ver a los juglares en su salsa genera como en cada ocasión una gran expectación, y pudimos ver una larga fila para entrar a la sala. Tal era la cola que se decidió adelantar la hora de entrada en 30 minutos para que nadie se quedara sin ver el concierto íntegro, otra cosa es que te líes en el bar.