Crónica: FM + GRAND SLAM – A Night of Hard Rock (Madrid – Sala Shoko. 25/10/2024)

Hace un año, FM nos regalaba una noche inolvidable en Madrid, y como si los astros se hubieran alineado, la mítica banda británica volvió a la sala Shoko. Esta vez, aprovechó su visita para presentar su nuevo álbum, lanzado este 2024, Old Habits Die Hard, haciendo que sus fieles seguidores vivieran una velada intensa, llena de nostalgia y frescura. Me sorprendió que tan temprano hubiera un buen grupo de personas cerca de las puertas de la sala Shoko, compartiendo historias, todas ellas relacionadas con la música. Aportando mucha más pasión a una noche de concierto, que sería bastante recordada.

GRAND SLAM

La noche comenzó temprano con GRAND SLAM, banda de rock británica formada en 1984 por Phil Lynott tras su etapa en THIN LIZZY, que sigue hoy el día, fusionando el hard rock con un estilo melódico y energético, un fiel homenaje al legado de Lynott. Para esa noche se pudo disfrutar de su característico sonido rockero, en una pantalla que utilizarían de telón, se podía ver la imagen de un avión recorriendo diferentes destinos, que fue una referencia perfecta al viaje que la banda ofrecería esa noche a través de grandes temas clásicos dentro de su carrera musical.

A pesar de su breve actuación, de apenas treinta minutos, la actual formación liderada por Laurence Archer nos hizo revivir el espíritu de la banda original, repasando, para satisfacción del público, algunas de sus canciones. Temas como Spitfire, Hit the Ground, Come Together In Harlem y Gone Are the Days pusieron una dosis de energía, llevando a la gente un ambiente de nostalgia, mientras que temas como, Military Man y Sister of Mercy, cerraron su actuación poniendo el broche de oro una actuación que, aunque corta, dejó a todos con ganas de más.

FM

Hacia las nueve, FM tomó el escenario, como una película de buen cine, bajo los acordes de la clásica intro de la Twenty Century Fox, vimos cómo sus miembros ocupaban sus posiciones sobre el escenario preparados para la fiesta. Digging Dirt fue el tema con el que abrieron la velada, con una energía que fue aumentando en cada tema. La banda británica conectó de inmediato con el público, que respondía cantando y aplaudiendo. Tras la potente Killed by Love, Steve Overland, su vocalista, presentó Someday, un tema esperado por el público que no dudo en alzar sus voces, uniéndose a la del grupo generando uno de los momentos más emotivos, entre muchos otros más que viviríamos durante toda la noche.

El concierto continuó con Leader y Synchronised, en la que los teclados de Jem Davis y la guitarra de Jim Kirkpatric crearon una atmósfera fantástica de complicidad entre ambos músicos dentro del viaje musical. FM no bajó el ritmo, y cuando, llegó Everytime, sin perder intensidad, la gente no lo dudó, y acompaño a la canción con sus palmas, llevando el ritmo y convirtiéndose en otro instrumento musical más.

Out of the Blue, nos sumergió en una cuidada iluminación de luces azules que parecían bailar al ritmo de la música. Con Does It Feel fuimos testigo de la gran capacidad vocal de Steve Overland cantando su final en acústico, sumergiendo al público en un ambiente bastante íntimo y especial. La lista siguió con clásicos como That Girl, Bad Luck y Touch It Cut, temas en los que el público, cada acorde, cada nota de la canción, fue seguida detenidamente con entusiasmo. Hot Wired llenó de bailes la sala Shoko, donde Pete Jupp se improvisó un solo de batería siendo aclamado por un público que quedó asombrado.

El momento, para mí, más esperado, llego con el tema Story in My Life, canción que tanto por su ejecución y por su sentimiento de su letra, despertó en la gente momentos de mucha emoción, dejando caras de felicidad, y muchas sonrisas, en los rostros de la toda la gente que asistió esa noche al concierto. El cierre definitivo llego con Midnight, donde la diversión no cayó en el ambiente, e hizo que la energía se encendiera a su máximo, haciendo del momento el broche perfecto a la noche.

La sala Shoko se cerró con un sentimiento de gratitud mutua entre el público y las bandas, uniendo a generaciones de admiradores, que celebraron las actuaciones de GRAND SLAM y FM. Con cada canción, ambas bandas demostraron por qué siguen siendo referentes del hard rock, con actuaciones enérgicas y emotivas, además de llevarnos por un viaje musical por todos sus grandes éxitos, todo ello creando un ambiente de frescura y creando una complicidad con la gente que asistió. Así, la sala Shoko se convirtió en un escenario vibrante de recuerdos y nuevos momentos, una noche para recordar que confirmó el poder de la música puede trascender el tiempo y unir en comunidad a mucha gente.

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