En un lugar de la Mancha de cuyo nombre difícilmente voy a olvidarme, La Gineta, se celebra, desde hace trece años (pandemium interruptus) un festival de rock de esos que tienes que incluir en tu agenda y, una vez lo pruebas, estarás deseando repetir experiencia. Lejos de los macro festivales de metal, donde verás a tus ídolos a cientos de metros de distancia, el recinto de La Gineta se encuentra en un pabellón municipal que facilita la cercanía del público a los artistas.
Cierto es que la edición ha sido calurosa, este principio de septiembre, en La Mancha, ha sido tan caluroso como el resto del verano, pero, aun así, el hecho de que el escenario esté en el interior del espacio ayuda a que los asistentes, que rozaron el millar, estén resguardados a la sombra y que las luces brillen para todos por igual con independencia de la hora el día.