Crónica: IN VAIN Y AZRAEL repartiendo heavy metal en Madrid – The Bassement Club, Madrid. 09/03/2024

El sábado 9 de marzo, Madrid sería un hervidero de eventos. Pero vamos a centrarnos en el concierto que nos reuniría una vez más en la sala The Bassement Club, donde que esa noche se convertiría en un santuario del metal español, vibrando al son de dos grandes bandas del género, IN VAIN y AZRAEL. La atmósfera, a los alrededores de la sala, estaba cargada de ansias por querer entrar, mientras los fans, vestidos con sus mejores galas, se congregaban para ser parte de una velada que prometía ser histórica.

AZRAEL

A pesar de las dificultades en cuanto a iluminación, lo que complicó realizar un buen trabajo, AZRAEL salió, al minúsculo escenario, abriendo la noche, con mucha energía y con la sabiduría de sus años en la escena, que nos recordó por qué el power metal sigue siendo un pilar importante del heavy metal patrio.

AZRAEL, vino con su gira de presentación de su disco Dimensión V, sus canciones fueron el eje central de su setlist. Temas como Renacer, Vivir/Morir y la versión actualizada de la canción del grupo LOS PUNTOS, Llorando por Granada, hicieron cantar al público, que, desde bien temprano, tenía muchas ganas de pasarlo bien.

Pero durante su actuación, también hubo tiempo para escuchar canciones ya clásicas, así himnos, como Al amanecer, Volver a nacer, y Tres y el apocalipsis, todas ellas de su disco Dimensión XXV, hicieron que se uniera a la multitud en un coro de voces por el metal.  La actuación terminó con Sacrificio, con su estribillo sonando como un trueno por cada rincón de la sala The Bassement Club.

La energía de AZRAEL era contagiosa, energía que así trasmitió cada uno de sus componentes al público. Zoraida Vidal, en los teclados, no dejando de regalar su sonrisa. J. M. Salas, al bajo, incombustible, animando a la gente. Oscar Espín y Enrique Rosales, enseñando sus sonidos virtuosos al frente de las guitarras. Tino Torres, en la penumbra, dando ritmo a las canciones, a través de la batería, y Marc Riera, impresionante en su labor de líder, dando voz y sentimiento. Cada nota tocada era un recordatorio de su legado y su contribución al metal español.

IN VAIN

Sin apenas descanso, tan solo con unos ligeros ajustes, para los correspondientes cambios de equipo, IN VAIN llegaría al escenario con la confianza que le otorgan cinco álbumes de estudio, más la frescura de su último trabajo, Back to Nowhere.

Con una ligera mejoría en la iluminación, desde el primer acorde, la banda desató una tormenta de power thrash metal, con riffs que cortaban como cuchillas y voces que eran un grito desgarrador de pasión y fuerza. El grupo demostró su maestría, profesionalidad, y mucha complicidad entre sus miembros, algo que originó que el público actuara con total empatía con ellos, no dejando ni un solo momento de cantar, y bailar. Con un setlist variado, con canciones bien escogidas de entre toda su discografía, pudimos disfrutar de temas como Story of life, Blood & Steel, Evil’s in my Soul, Falling to the ground, For the Fallen, y The Force of Thunder. Virtuoso quedó al inicio de Serenity Valley, de su disco The little thing that matter, y poder disfrutar de Julio Abadía improvisar un potente solo a la guitarra.

No quiero dejar atrás el gran trabajo que hicieron Mario Arreondo, al bajo, y Teo Seoane, a la batería, llevando el ritmo. Y, por último, destacar la fuerza de la voz de Daniel Cordón, ofreciendo una magnífica interpretación a cada una de las canciones. Reconozco que era la primera vez que los escuchaba, y tengo que decir que me sorprendieron para bien. El grupo terminó el bolo, con War Machine, del disco In Death we Trust, despertando en el público, las ganas de darlo todo, y poner un fin a la actuación de manera épica.

Al final de la noche, cuando las últimas notas se apagaron y las luces, de la sala The Bassement Club, se encendieron, quedó claro que este no sería un concierto que se desvanecería en la memoria colectiva. IN VAIN y AZRAEL, no solo cumplieron sus promesas de dar un buen concierto, sino que elevaron el listón, dejando una sonrisa de satisfacción en la cara de todos los presentes, anhelando volver ver ambas bandas pisar un escenario.