Crónica: KOVEN celebrando 20 años de música – Sala Godfather – Madrid – 14/09/2024

El pasado catorce de septiembre, el barrio de Vallecas se convirtió en el epicentro del metal melódico con el concierto de KOVEN. La banda madrileña celebró su vigésimo aniversario con una actuación cargada de emoción que dejó huella en todos los que nos acercamos a la sala Goldfather en Madrid.

Desde el primer acorde quedó claro porque KOVEN se ha consolidado como una de las bandas más destacadas del heavy metal español. El concierto que se anunciaba como cierre a su gira, sirvió como agradecimiento, por parte de la banda a sus fans, por su apoyo durante toda su carrera. Una ocasión especial para los aficionados al género, y un reencuentro entre amigos, que hizo que la sala Goldfather se llenara, colgando el cartel de sold out desde varios días antes.

La noche comenzó con el tema de Los Dones, de su disco, de 2022, En el otro tiempo, una apertura poderosa que estableció el tono enérgico del concierto. Su vocalista Ana Garcol, junto a Rubén a la guitarra solista, Matías a la guitarra rítmica, Javier a los teclados, Jimy al bajo, Raúl a la batería y María a los coros, se entregaron toda la noche a cada uno de los temas con pasión. La conexión entre ambos músicos fue palpable, y su química en el escenario añadió una capa extra de emoción a cada canción. El setlist continuó con Alas de papel, una canción que llevó al público a un viaje profundo a través de su letra, “… Cortar mis alas de papel, tapar las manchas de mi pared. Dejar que afloren otra vez, y volver a verme sola …”. Un canto con mucha carga de fortaleza, que la gente no dudó el acompañar a la banda con sus voces. Tierra de por medio, sonó con energía, destacando la habilidad instrumental de la banda, que junto con el tema La huida mantuvo a la audiencia con una gran expectación ante una inmensa actuación.

Uno de los momentos más emotivos de la noche llegó con Bella. Este tema, a dúo entre Ana y Rubén , fue un canto de amor donde los sentimientos se abrieron y salieron al mundo. La complicidad, y el amor entre ambos músicos que están casado se hizo evidente, haciendo participe al público del cariño que se tienen, creando en el ambiente de la sala Goldfather un momento mágico. La noche continuó con Nemo, una canción que combina a la perfección melodía y potencia, mostrando la versatilidad de la banda. Con En el otro viento, y Quien lo agradecerá, KOVEN nos envolvió en su atmósfera musical creando una perfecta conexión con el público.

En el punto álgido de la noche, y coincidiendo con el minuto de apagón tecnológico, El Puente de San Pedro, puso la banda sonora al momento. Con los móviles del público como único punto de luz iluminando la sala, la canción que está dedicada a los que ya no están, hizo que Ana Garcol se emocionara profundamente al cantar, haciendo una magnífica interpretación. El público asombrado y también emocionado, estalló en un gran aplauso, convirtiéndose en un gran abrazo multitudinario hacia la vocalista de KOVEN. Aquí quiero destacar el talento y la versatilidad de Jimy tocando el contrabajo eléctrico, arrancando del instrumento, bonitas melodías que sirvieron de acompañamiento a una gran actuación.

Después de que la banda se reconstruyera de una emotiva interpretación, la banda volvió con fuerza con Una nueva esperanza, la canción sirvió de inspiración, y levantó las ganas de pasarlo bien a la gente, aumentando un grado más la diversión. Un detalle que no pasó desaparecido a nadie, fue la más que notable presencia de numeroso público infantil. Esos niños fueron protagonistas de la presentación del tema que KOVEN lanzó como adelanto de su próximo trabajo, Kaizen. Ver tantos niños y niñas disfrutando del concierto fue muy bonito, haciendo recordar a muchos que dicen que el rock está muerto, que aún hay esperanza, y que hay un importante relevo generacional en esta música. La energía y el entusiasmo que los más jóvenes añadieron a la canción, fue un toque muy especial, asegurando el legado del heavy metal por muchos años más. La noche se cerró con Lejos dejando a los fans con caras de satisfacción, y con ganas de más, pero desgraciadamente había que terminar. Lo qué si puedo asegurar, que lo que viví esa noche con el concierto de KOVEN es la certeza de que su carrera musical continuará viva, fuerte y con mucha energía, y por muchos años más.

En resumen, el concierto de KOVEN, en la sala Goldfather, fue la celebración de dos décadas de una banda que lleva la música, la pasión y la dedicación por hacer las cosas bien por bandera, dejando claro, que, en este viaje musical, a la banda aún le queda muchos caminos que recorrer. Además, la presencia esa noche de un público más que diverso, promete, para KOVEN, un futuro brillante, y para el heavy metal en general.

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