Nos dirigimos a la segunda edición del AYALA UNDERFEST, y si la primera edición fue marcada por la lluvia, lo normal en un mes de diciembre, teníamos gran esperanza en poder disfrutar más cómodamente de la calle López de Ayala en esta segunda edición, visto que la fecha era en teoría más halagüeña. Las previsiones el día anterior seguían siendo positiva, ya que, a pesar de anunciarse una jornada nublada, había pocas probabilidades de agua. La ley de Murphy no falla, y conforme nos acercamos a La Línea, vemos como las nubes en principio amenazante se convierten en tromba de aguas, trombas que obligaron a desmontar el mercado de vinilo, para reubicarlo dentro de uno de los dos locales que organiza el festival, y que no pudiéramos disfrutar de DJ Ligre pinchando en la calle.
Debido a esos cambios de última hora se retrasó el inicio una hora, para reubicar todo, y que el público pueda acudir tranquilamente al evento.