Era un día atípico para un concierto de rock, era un lunes medio lluvioso, aunque en el interior del teatro se gestaba una explosión de música.
Era el día que El sueño eterno, último trabajo de los cordobeses MEDINA AZAHARA, se presentaba ante sus seguidores de la capital del reino. Lo hacía en un teatro, como ya se hizo con Las puertas del cielo o la gira homenaje a TRIANA, y hasta allí nos desplazamos a ver lo que prometía ser un gran espectáculo, y que no defraudó.