Crónica: MIND DRILLER y BLOODY KITCHEN (Sala Independance Club – MADRID – 19/10/2024)

El pasado viernes, la Sala Independance Club de Madrid se llenó de sonidos industriales, riffs abrasivos y energía electrizante con el esperado concierto de MIND DRILLER, incluido en la gira al lanzamiento de su último trabajo The Void. La cita atrajó a un público entregado, compuesto por una variada mezcla de veteranos y jóvenes ávidos de experimentar la potencia sonora de la banda alicantina. Desde las primeras horas, la sala comenzó a llenarse de camisetas negras, botas militares y rostros expectantes, preparándose para una noche de música intensa, marcada por la calidad musical y el impacto visual que les caracteriza. La atmósfera de querer disfrutar iba en aumento, y los asistentes no querían perderse ni un segundo de un espectáculo que prometía dejar huella.

La velada comenzó con BLOODY KITCHEN, la banda madrileña, ofreció una actuación demoledora desde el primer tema. Conquistando a un público dispuesto a entregarse por completo a su mezcla de metal alternativo y electrónica. Con los primeros acordes de la intro, se dio paso a su tema Loco, dejando patente, durante toda su actuación, que la energía que desplegó la banda no dejó de fluir durante toda la noche. Un tema explosivo que sirvió de antesala perfecta para lo que vendría. Temas como Clon, Despierta, y Fiesta Industrial hicieron retumbar el suelo de la sala, con riffs pesados y potentes, que acompañaban una puesta en escena brutal, dando buena cuenta de la base instrumental de Alejandro “Jano” Carbia, a la guitarra, Pablo Gil, al bajo y David Bautista, a la batería, que junto a Carlos Foak a la voz, dieron a cada una de las canciones potencia e intensidad a su interpretación. Las luces fueron también un elemento esencial, luces que sirvieron para el tema Me siento demencial, para crear una atmósfera distópica que acompañaría a la banda durante su actuación.

En Sexo la intensidad no bajó en lo más mínimo. La banda conectó a la perfección con el público, que se movía al ritmo de los temas, y la interacción con su frontman no hizo más que avivar los ánimos. Con El mundo arder, llego el punto álgido de la noche, con el público cantando la canción al unísono, un momento inolvidable para todos los asistentes. A ese momento Natsukatshi y Como duele el amor, marcaron el inicio de la recta final, preparando el terreno para el momento más esperado de la noche. Bloody Kitchen, el tema que da nombre a la banda, vino con petición por parte del grupo, y la colaboración del público para grabar con sus móviles la canción, con la posibilidad de con esas imágenes, se pudiera editar para un futuro videoclip. El final de la actuación llego con Muerto de corazón y Las voces de mi cabeza, temas cargados de oscuridad y melancolía, poniendo el broche de oro a una noche intensa.

Se acercaba la hora de la actuación más esperada, y el público, impaciente, lo sabía. Tras un inicio, en oscuridad, que nos llevaría a un mundo post apocalíptico, MIND DRILLER tomó el escenario esa noche de sábado, transformando por completo el ambiente desde el primer acorde. Con un sonido pulido y arrollador, aunque al principio tuvieran pequeños problemas, que al final se solucionaron, la banda abrió su setlist con Game Over desatando de inmediato una ola de gritos y saltos entre los asistentes. El contraste entre las voces de Dani N.Q., V, y Estefania Aledo, junto a la base musical que aportan, Javier Oriente a la guitarra, Pharaoh al bajo y Reimon a la batería, fue desplegando la creatividad de las canciones, con maestría a lo largo de toda la actuación. La impecable, y cuidada, puesta en escena acompañaba a la música, sumergiendo al público en una experiencia audiovisual total.

Con Psycho, de su disco Involution, fue el tema encargado de caldear el ambiente, quizá también alentados por los sugerentes movimientos de algunos miembros de la banda, aumentando así la temperatura en la sala, con un público entregado por completo a la potencia del sonido metal industrial que tan bien caracteriza a la banda. Puedo decir, sin riesgo a equivocarme, que MIND DRILLER, cuida todos los detalles de sus actuaciones, y así lo pude ver con Happy Hunting, donde destacó sobre el escenario, la teatralidad del trío de cantantes. El siguiente tema que pudimos disfrutar, fue End of the World, una de las canciones más esperadas por la gente, donde el grupo aprovechó para compartir anécdotas sobre la grabación del videoclip que acompaña el tema, provocando risas y complicidad en la sala.

Si hubiera que buscar palabras para definir su actuación, seria intensidad y potencia. Los siguientes temas, llegaron como una cascada de canciones, The Last Drop, Calling at the Stars, A.I. y Rotten, añadieron más energía al ambiente, manteniendo al público inmerso en el universo mecánico y oscuro que MIND DRILLER sabe construir con precisión. La banda siguió sorprendiéndonos con The Fallout, tema de su reciente disco The Void, que desató un aire de entusiasmo y diversión, y sucesivos bailes, entre los asistentes, de la sala Independance Club, que esa noche de sábado decidió disfrutar de la música en directo, dando así un apoyo importante a la banda. Apoyo que tanta falta hace por parte de la gente, y si estamos hablando de bandas nacionales, más aún.

Finalmente, con Ich Bin Anders, de su disco Zirkus, fue el tema con el que decidieron poner fin al concierto, demostrando por qué MIND DRILLER está en el camino correcto a ser considerada una de las bandas más destacadas dentro del metal industrial hecho en España. Dani N.Q, uno de los tres vocalistas de la banda, carismático y versátil, exhibió su don de lenguas al cantar en alemán. Con los últimos acordes, la sala estalló en una ovación unánime, reconociendo no solo un concierto técnicamente impecable, sino una experiencia visualmente espectacular. Exhaustos pero satisfechos, los asistentes sabían que habían sido parte de una noche inolvidable.

Lo que viví la noche del sábado, no fue corriente, directamente electrizante, la música envolvió al público entre sonidos del mejor metal industrial. BLOODY KITCHEN y MIND DRILLER, demostraron que son dos bandas que nada tienen que envidiar a las que vienen de fuera. En apenas dos horas que duró el concierto en su totalidad, pude ser testigo, de qué el público salió plenamente satisfecho, y con ganas de más.

Terminado ya el concierto, la gente se concentraba en la puerta de salida, quizá aún con el recuerdo de una gran noche. Hablando por mí, puedo decir que salí del concierto plenamente satisfecha, y con la nostalgia de cuando por Madrid me movía por ambientes con el mejor sonido darkwave, electronic body music e industrial, porque sinceramente, del concierto, salí con ganas de continuar la fiesta.

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