Crónica: Piorno Rock XVIII (Pinos Puente, Granada)

Hoy era un día grande para los amantes del metal, en Pinos Puente, un pequeño pueblo de Granada, se celebra uno de los eventos más grandes y longevos de España, el Piorno Rock, y como no puede ser de otra forma, no podemos faltar a la cita.

Pasadas las 16:30h, entramos al recinto y nos recibe nada más y nada menos que Miguel Ángel, cabecilla de Universo Sabika, que junto con el ayuntamiento de Pinos Puente, ha llevado a cabo tal magnánimo evento, trabajando como uno más, gestionando entradas, pases, bebidas, camerinos… un huracán, ¡bravo por el!

El ambiente, para tan pronta hora, es correcto, además ayuda que el día esté nublado y corra un poco de brisa… pero solo era una ilusión.

ARGHOST

El grupo de granadino, ARGHOST, entró a escena con su dupla de cantantes femenina y masculino. Con la importante labor de calentar al público ante la avalancha de música que le venía. El grupo salió con todo, dando una muestra de un metal melódico magistral. Todo iba in crescendo hasta que un corte de luz, cuando presentaban una oda al medio ambiente, casualidades de la vida, dio al traste con la continuación del tema, que resolvieron con maestría cantándole un cumpleaños feliz al respetable. Un pequeño parón, recargamos pilas y seguimos con la descarga de calidad del grupo, donde todos sus componentes se mueven como pez en el agua sobre el escenario. Un buen inicio del festival y mi enhorabuena a ARGHOST.

TRIBAL

Para mí fue la sorpresa del día. No conocía la banda y su metal moderno fue un torbellino que revolucionó el ambiente. El sonido era nítido, arrollador y los temas cabalgaban con una profundidad y un aplomo ensordecedores. Hubo otro apagón, el nublado se había retirado, el sol caía con justicia y los equipos no soportaban el peso del metal. Un respiro, Agua fresca para el grupo y seguía el show. Cada componente estaba excelso en sus labores, compactos y pulidos. Como he dicho al empezar estas líneas, para mi, fue la sorpresa del día.

La reciente formación de ADVENTUS entraba al escenario. El sonido del festival ya danzaba junto con las bandas que actuarían de ahora en adelante. El público cada vez era más y más, creemos que el pico de asistentes fue de unos 1500, chapó por el público y el festival. Y de repente, ADVENTUS dio una cátedra de lo que una banda sobre el escenario debe ser. El sonido era apabullante, pesado, contundente pero nítido en todas sus formas. Manuel Ramil pletórico a los teclados, dio una clase compositiva a los asistentes dando un repaso por sus dos discos publicados hasta ahora, pero es que además Diego Valdes, nuevo cantante de la nueva formación, dejó boquiabiertos a los asistentes con su torrente vocal, su bien estar sobre el escenario y su interpretación de los temas. Muy contento por cómo se comporta la banda en directo y es que ADVENTUS está llamada a copar más festivales.

Aquí el cambio de escenario fue corto, ya que Nando Campos y Manuel Ramil repetían roles en AVALANCH. He de decir que en esta parte del show me es imposible ser imparcial, ya que AVALANCH fueron mis orígenes en el género, así que estaba deseoso volver a verlos sobre el escenario, ver cómo se iba a desenvolver la renovada formación y ver interpretados los temas del nuevo disco en directo. Y como bien Alberto Rionda nos tiene acostumbrados, no decepcionaron. Jose Pardial brilló en su puesta de largo en el Piorno, haciendo con su poderío vocal floritura y agudos solo aptos para portentos a la voz. AVALANCH hizo un repaso por toda su discográfica, ya que este año cumple 30 años en la música. Y el público no pudo más que estallar de júbilo con canciones como Xana o Delirios de grandeza. El máximo de público estaba casi por conseguir. El ambiente era perfecto y la noche continuaba. Aún quedaban sorpresas en la noche.

HUECCO

No nos vamos a engañar, cuando HUECCO salió al escenario y empezó a interpretar su fusión entre rumba, punk, ska y rock, el público quedó desconcertado, pero ellos no contaban con una cosa y es que HUECCO sabe como meterse al público en el bolsillo y así lo hizo. El público enloqueció en esta parte de la noche. Bailó, saltó y los primeros pogos aparecieron. La actuación de HUECCO fue una gran fiesta.

Llegó la banda esperada de la noche, los ex integrantes de MÄGO DE OZ como muchos los llaman, pero está noche, vimos una banda con identidad propia. Los sueños más nostálgicos de los allí presentes estaban por hacerse realidad. Cuando la banda subió al escenario, el público, ya en su máxima expresión, reventó. Con el repaso de sus mejores temas en la temprana etapa de MÄGO DE OZ , como son El pacto o sus mayores hitos como El que quiera entender que entienda o Hasta que el cuerpo aguante, el público no cabía en sí mismo de felicidad, saltando y coreando sus temas hasta la saciedad. Antes de comenzar con El pacto, Jose de Andrea alabó que no veía ni un solo móvil grabando, simplemente gente disfrutando del ahora, pero les hizo sacar los móviles, linterna en mano para iluminar el escenario, fue un momento mágico. Justo antes de comenzar el El cantar de la luna oscura, un desmayo se produce entre los asistentes y el grupo se percata de ello, llamando a protección civil, que tras hecha su labor, retoman el show. Para Finisterra el grupo llamó a (    ) para subir a colaborar en este tema de un cuarto de hora, remarcó lo de un cuarto de hora porque para mi duró como cuatro minutos, temazo e interpretación de la banda. KABRÖNES hizo un amago de despedirse pero no se podía ir sin antes tocar Molinos de viento y Fiesta pagana con cañones de confeti incluidos. El público aplaudió hasta la saciedad, nos quedamos encantados con el grupo de la niñez y adolescencia de la gran mayoría de asistentes.

El colofón de la noche llegó de la mano de LEO JIMÉNEZ. Salió al escenario como una apisonadora, escoltado por increíbles músicos que hicieron las delicias del respetable, pero no quedó ahí la cosa. Aún nos aguardaba otra sorpresa más y es que Patricia Tapia y Zeta, se unieron a él encima de las tablas. Con un sonido demoledor y con un Leo mostrando sus garras, hizo que el público que, aun siendo ya bastante tarde, aún seguía allí sin descanso, con ganas de más metal. Un magnífico cierre, con un magnífico jefe de ceremonias.

Como siempre, otro Piorno más digno de enmarcar. Organización, ubicación, asistentes y bandas lo dieron todo en Pinos Puente. Esperamos con ansia la siguiente edición.

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