El pasado 31 de agosto, Cuenca, en plenas fiestas y ferias de San Julián, se convirtió en el epicentro del rock español con el concierto de ROBE en el estadio de la Fuensanta, como parte de su gira Ni Santos, ni Inocentes, y como presentación en directo de su último trabajo Se nos lleva el aire. A pesar de que el día auguraba lluvia, los seguidores del ex componente de EXTREMODURO llegaron desde todos los rincones para disfrutar de una noche inolvidable.
El evento comenzó creándose una atmósfera de expectación. Cuando las luces se apagaron, una tormenta de música se desató. ROBE y su banda arrancaron con Destrozares, seguida de una serie de temas que resonaron profundamente con el público, Adiós cielo azul llegó la tormenta, Guerrero, El hombre pájaro y El poder del arte, entre otras muchas más. Cada canción era un viaje emocional, y un recorrido por toda su discografía en solitario, con letras que hablaban de amor, lucha y resistencia.
Tras un breve descanso, la segunda parte del concierto continuó con la misma intensidad. Temas como Haz que tiemble el suelo, Segundo movimiento: Mierda de Filosofía y Coda feliz, demostraron la versatilidad de ROBE, mezclando rock con una diversidad de géneros musicales. Durante la noche también hubo tiempo para escuchar clásicos de EXTREMODURO, como Si te vas, Stand By y La vereda de la puerta de atrás, que hicieron vibrar a los asistentes.
Tras Salir, y el rollo de siempre, ya no había Nada que perder, y el concierto terminó con Ama, ama, ama y ensancha el alma, dejando a todos con un sentimiento de euforia y nostalgia. El escenario, iluminado como un horizonte de estrellas, y la música de ROBE, dejaron un recuerdo imborrable en los corazones de los presentes, como el aroma de la lluvia sobre las agujas caídas de los pinos.
Fue una noche mágica, donde la poesía y la música se unieron para crear una experiencia única, reafirmando una vez más que ROBE es un artista que trasciende modas y generaciones.