En una noche llena de expectación, los fanáticos de la banda madrileña SÔBER, se congregaron en la sala ReviLive de Madrid para presenciar un concierto épico que prometía ser inolvidable y un encuentro con la banda muy especial. Colgando el cartel de aforo completo desde hace semanas.
La expectación por la actuación era palpable en los seguidores mientras esperaban impacientes la llegada de sus ídolos.
Conforme las luces se atenuaban, como sombras y entre el humo, mientras la multitud estallaba en vítores y aplausos, el grupo hizo su entrada triunfal al escenario. El rugido de los amplificadores llenó el lugar, anunciando el comienzo de una noche que sería recordada por mucho tiempo.
La banda, compuesta por Carlos Escobedo a la voz y al bajo, Antonio Bernardini y Jorge Escobedo en las guitarras y Manu Reyes en la batería, comenzó el concierto con una explosión de energía con su emblemática canción Mi heroína.
Desde el primer momento, SÔBER cautivó a la audiencia con su presencia escénica y su inconfundible sonido. Canciones como Cubos, La araña, La nube y Blancanieves resonaron en el recinto, generando una euforia colectiva entre los asistentes.
A destacar la voz de Carlos Escobedo en Para ayudarte a reír que se elevaba por encima de las guitarras, transmitiendo la intensidad lírica de las letras que caracterizan a la banda.
El concierto fue un verdadero viaje emocional a través del tiempo y de sus canciones dentro de su extensa discografía.
No faltaron temas ya clásicos como Arrepentido, Loco y El hombre de hielo que desataron el frenesí entre el público, quienes saltaban y coreaban cada palabra con emoción.
La conexión entre la banda y sus seguidores era evidente, interactuando con el público, invitando a todos a cantar y saltar al unísono. Hubo momentos en los que la voz de Carlos se mezclaba con los coros apasionados de cientos de gargantas, creando un ambiente familiar de comunión y camaradería.
Improvisadas apariciones en el escenario durante el solo de batería cuando un “joven invitado” se sumó a tocar con Manuel Reyes, demostrando que hay cantera.
En resumen, el concierto fue una experiencia arrolladora y cargada de emoción. La banda demostró una vez más por qué es uno de los grupos más influyentes del rock español. Su poderío escénico, combinado con su pasión y talento, dejó a la audiencia extasiada y con ganas de más.
Sin duda, este concierto se mantendrá como un hito en la memoria de todos aquellos afortunados que lo presenciaron.
