El sábado fue un día extraño, Madrid era un hervidero de gente, entre la ya clásica Feria del Libro, inaugurada esa semana, y la final de la Champions League, parecía que iban a haber pocas alternativas para poder disfrutar del fin de semana. Pero yo soy de las personas que no pierden la esperanza, y tenía ya un plan para esa noche que no olvidaría. Y es que siempre que el fin de semana acabe siendo musical, y se termine asistiendo a un concierto, siempre seré feliz. Razón por la que la noche del 1 de junio me acerque a la sala La Caverna, en Madrid, para disfrutar del rock alternativo, o “arte nativo”, de SOUNDS OF BROKEN SOULS, y de NOISY REQUIEM, que nos traería su música llena de sonidos oscuros, salpicados con toques de punk.
Temprano, e inusual, se abrieron las puertas las puertas de la sala La Caverna, y sobre las 18:30, aún con las pruebas de sonido de fondo. Al público que iba entrando, el responsable del local lo fue ubicando en un primer momento en el piso superior, al lado de la barra, quizá para ir caldeando el ambiente, y que la fiesta empiece. La expectación era máxima, grupos de gente muy distintos estéticamente, esperaban el momento de inicio del concierto, con un sentimiento único en común, caer rendidos ante el poder que tiene la música.