Crónica: THE ELECTRIC ALLEY encendió Madrid con su show electrizante

Bajo las luces vibrantes de la Sala Nazca de Madrid, el aire se carga con la anticipación de una noche que promete ser inolvidable. Los seguidores de  THE ELECTRIC ALLEY, vestidos con sus mejores galas, se reúnen en los alrededores, entre la emoción y buenas expectativas, listos para ser transportados a través del tiempo, por el poderoso sonido del hard rock.

THE ELECTRIC ALLEY, es una banda de rock gaditana que lleva desde 2012 haciendo música con influencias de los años 70. Yo ya había escuchado alguna canción suya, pero no había tenido la oportunidad de ver la banda en directo. El concierto del sábado, se presentaba como una fiesta de sonidos rockeros, los bares de los alrededores de la sala Nazca cambiaron de público, de las corbatas habituales se pasó a la cazadora de cuero. Había ganas de pasarlo bien.

Ya con todo el público en su interior. La sala se oscurece, y entre los primeros acordes de Hurricane, se desató una tormenta de aplausos. La banda emerge, y sus siluetas son recortadas contra un telón de fondo de luces de diferentes tonos. El vocalista agarra el micrófono con una confianza que solo viene con años de dominar el escenario, su voz llena cada rincón del local. El grupo dio un repaso a todas las canciones de su discografía. Poniendo especial atención en su más reciente y último trabajo Apache, temas como One Lasting Light, What’s Going on?, y Fireworks, una balada a la que acompañó una ambientación de colores cálidos, lo que dio más intensidad a su ejecución, creándose un momento mágico.

El bajo palpita, las guitarras gritan con distorsión y el ritmo de la batería se siente en el pecho de cada espectador. Es una sinfonía de energía cruda, un tributo a las raíces del rock que han influenciado a la banda, desde el blues pesado de LED ZEPPELIN, hasta los sonidos contagiosos de AEROSMITH. Canción tras canción, THE ELECTRIC ALLEY demuestra, por qué su álbum Apache, ha capturado la atención del mundo del rock. Cada pista es una historia, cada riff una confesión, y la audiencia es parte de la narrativa.

El entusiasmo de la gente, fue alimentando la llama de la actuación. Pero no solo, disfrutamos de su último trabajo. Canciones ya clásicas de sus anteriores discos fueron cantadas por el público que lo disfruto, desde la primera canción, hasta la última. Get Thunderbird or Vulture, Celebration, Eagles fly solo, y Get Electrified, fueron las más celebradas, desatándose la locura entre la gente, no parando de bailar.  Mientras la noche avanza, y la banda anuncio, que el concierto se grabaría en directo. Una grabación que capturo más que música, grabo la esencia, la pasión de THE ELECTRIC ALLEY y la energía de una multitud que vivió cada acorde. El concierto termino con dos versiones, claras influencias de su música. Whole lotta love, de LED ZEPPELIN, y The boys are back in town, de THIN LIZZY. Cuando las luces finalmente se encienden, esa noche no solo  asistimos a un concierto, fue algo más, que quedará grabado en la historia de la banda y en la memoria de sus seguidores.

Salgo de la sala con una sonrisa en la cara. La noche del sábado viví una experiencia única, y que no olvidaré. THE ELECTRIC ALLEY ha demostrado que tiene talento, carisma y pasión por lo que hace. Su música es un viaje por el tiempo, un homenaje a los grandes del género, pero también una propuesta original y fresca. No puedo esperar a volver a verlos en directo, a sentir la electricidad que recorre el ambiente, a cantar sus canciones con ellos y con el resto de fans.

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