Por fin tras varios aplazamientos y muchos años volvía a encontrarme cara a cara con uno de mis ídolos de mi juventud, Mr Blackie Lawless y sus W.A.S.P.. Nos dirigimos a la Riviera con muchas ganas y sabiendo que horas antes se había colgado el cartel de sold out, aunque en taquilla había diez entradas, imagino que cancelaciones de última hora.
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