“El sueño de Gaia” – Miguel Rodríguez Núñez

Al igual que dijo el gran Miguel de Unamuno al regresar a las clases de la Universidad de Salamanca, tras la caída de la dictadura de Primo de Rivera: “Como decíamos ayer…”

Efectivamente, vuelve la hija pródiga para hablaros de arte y música, salvavidas etéreos que nos salvan de morir de rutina.

En esta ocasión vuelvo la vista a un autor patrio, contemporáneo que se mueve como pez en el agua en el realismo pictórico: Miguel Rodríguez Núñez. Lo hago con su obra El sueño de Gaia la cual, merecería ser la portada de un disco de TRIANA o MEDIANA AZAHARA, este cuadro será la llave maestra que me permitirá arrojaros al camino unas “piedrecitas” a modo de señuelo para adentraros en el mundo del: “lo que ves es lo que es”.

Darlings, regreso con ganas de hablaros del realismo y para ello me voy a servir del libro del gran Jesse Bryant Wilder (crítico de arte y escritor) Historia del arte para dummies.

El realismo como movimiento pictórico surge a mediados del S.XIX, en dicho momento los artistas franceses empezaron a meditar sobre las secuelas del Romanticismo y el neoclasicismo, ya que distorsionaban la realidad proyectando emociones sublimes en paisajes y personas, o pintado lugares exóticos en lugar del jardín de sus casas (vamos, puro postureo). Por ello, los realistas se rebelaron contra el neoclasicismo y contra sus formas y temas idealizados. No estaban dispuestos a suavizar las emociones por temor a distorsionar la armonía de la forma humana, así esta “rebeldía” pictórica unida al deseo de transformar la sociedad y hacer la vida justa para los obreros que surgen con las revoluciones de 1848, conforma un caldo de cultivo que estimula a pintores realistas como mi “crush pictórico” Gustav Courbet, Honoré Daumier y una larga lista de ellos, a continuar la lucha con sus lienzos y pinceles. Democratizaron el arte al pintar a los pobres y mezclar clases sociales en sus lienzos.

No os voy a engañar el realismo es un término de ardua definición en lo que respecta a las artes plásticas. Quedaros con esta idea central: en general, alude a una cierta actitud del artista frente a la realidad, en la que la plasmación de esta no tiene que ser necesariamente copia o imitación, aunque sí ajustarse a una cierta verosimilitud; representar el mundo del momento de una manera verídica sin idealizar.

Llegados a este punto, si bien pudiera parecer que habitamos una época en la que lo “cool” y moderno es el arte abstracto, lo cierto es que contamos con grandes profesionales que devuelven al realismo su merecido laureado lugar; es el caso de pintores como Eduardo Naranjo, Fernando Cobo, Isabel Quintanilla o Miguel Rodríguez Núñez (respecto de quien nos ocupan estas líneas).

Miguel Rodríguez Núñez es un pintor artístico profesional que, si bien bebe del realismo, lo característico y bello de su obra es el toque onírico, cercano al hiperrealismo y con claras referencias surrealistas. Cuenta con más de treinta años trabajando y exponiendo en todo el mundo. Crea sueños en papel jugando con el óleo, dibujo y pastel. Si os interesan sus obras, dirige en Sevilla una escuela de pintura en la que forma técnicamente a un buen número de alumnos y recientemente está de enhorabuena ya que se ha adjudicado el premio internacional de pintura al óleo del concurso celebrado en Corea del Sur, al que se presentaron artistas de 53 países de todo el mundo.

De todas sus obras me llamó poderosamente la atención El sueño de Gaia, se trata de un cuadro realizado con uso del grafito y pastel sobre el papel pegado a tabla. A destacar sobre el mismo la poderosa dicotomía visual que genera el uso del grafito sobre cuerpo denudo de la mujer que yace flotando en el cosmos; en contraposición con todo un universo de azules terráqueos, blancos luminosos de la luna que actúa a modo de farol suspendido y la inmensa capa negra aterciopelada de la nada espacial.

La obra proyecta sobre nosotros un elegante y sutil desnudo femenino que prácticamente nos lleva de la mano por el mundo onírico en el que se adentraban los antiguos griegos mediante la práctica mágico-religiosa de la incubación (implica dormir en un área sagrada con el fin de experimentar un sueño, cuya experiencia traería revelaciones sobre el futuro, conocimientos trascendentales o curaciones de enfermedades). Los tonos grises y blancos de nuestra particular Gaia, rememoran a un torrente de plata, un pequeño río que transmuta en un hilo de la misma tonalidad; os hablo de aquella leyenda en la que todos los sueños astrales pueden realizarse con seguridad siempre que el cordón de plata que nos une al cuerpo no se quiebre.

Llama poderosamente la atención cómo la gran bola azul llamada tierra, sin ocupar gran espacio en la obra, nos habla un idioma velado, simbólico.

Desde su perspectiva centra toda la atención en el cuerpo femenino, Conforma una danza pictórica que nos desvela la interrelación entre la madre tierra, la fecundidad y el mundo femenino. Recuerda aquella historia que arrastra pies de boca a boca en nuestros antepasados:

Según la mitología griega, la tierra, Gaia, se unió a su hijo y también marido Urano, el cielo, y generaron todos los demás dioses que existen sobre la faz de la tierra. Tal y como proclama el mito de la creación, al principio sólo existía el Caos, que era nada y vacío; pero entonces nació Gaia y la vida empezó a florecer.

O como nos canta la banda THEOREM en su canción Gaia:

… An underworld to punish all the fallen gods

Gaia has built her creation

The titans reign has now begun

Cronos, the son of the sacred ground

The prophecy, overcome …”

Gaia no es más que un símbolo de la conexión entre los seres humanos y la naturaleza. Representa la importancia de la tierra para nuestra supervivencia y la necesidad de cuidarla y protegerla. Su presencia ayuda a mantener el equilibrio y la armonía en el mundo natural y en esta obra, la humanidad personificada en mujer se retroalimenta del mundo natural en una eterna conexión de ensueño en pastel y grafito.

Ya sea en su vertiente realista, onírica, hiperrealista o abstracta; arte, arte, arte para no morir de rutina.

Podéis pasaros por la web del artista que os dando un click aquí.

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