Corría el año 1982 cuando varios jóvenes de la ciudad de San Antonio formaron una banda a la que llamarían SLAYER. Probablemente, no tenían ni idea de que un año antes y a más de 2000 kilómetros, concretamente en la ciudad de Los Ángeles, ya existía una banda con ese nombre que a la postre llegaría a convertirse por méritos propios en una de las formaciones más grandes, representativas y de mayor influencia de todo el panorama metálico a lo largo de la historia.