“En la cama: El beso” – Henri Toulouse Lautrec

Hace unos días le comentaban a La Contadora que a pesar de escuchar heavy y rock, hablar de escenas sexuales con cisnes (Leda y el Cisne), posibles felaciones en el paraíso (El Origen del mundo), prostitutas dormidas extasiadas (Rolla) en el fondo era una romántica. Si bien es cierto que este año sus Majestades de Oriente me traerán carbón con el que arderé en el infierno, es verdad querido amigo anónimo, soy una romántica empedernida.

Pero he aquí que el amor lejos de ser una amalgama de cursilerías y corazoncitos embadurnados en azúcar que nos venden como “romántico”, es mucho más profundo, complejo, sensible y emerge en las más variadas circunstancias.

Es por ello que he decidido hablaros hoy de uno de los cuadros más tiernos que conozco: En la cama: el beso del gran Henri Toulouse- Lautrec y no se me ocurre mejor BSO que Prisioner of your Eyes de JUDAS PRIEST:

“When I saw your face
I became a prisoner of your eyes
And I would do just anything
To stay and be with you
You know there are times
When I let myself wonder
As I was going under
You pulled me back to earth”

En la cama: El beso es un encargo que realiza el dueño del prostíbulo “A rue d´Ambroise” (bucólico nombre, igualito que los que usan ahora) a Toulouse Lautrec, en realidad fue un conjunto de 4 obras y 16 retratos de prostitutas. Lo hizo con la idea de decorar el salón principal del prostíbulo (algo así como la galería del empleado del mes pero con temática sexual), así si bien prevalecían las escenas de índole lésbicas y eróticas, siempre se percibían connotaciones tiernas. Esto no es una nimiedad porque supondrá un cambio sustancial en la pintura de Lautrec respecto a esta serie de pinturas. Hasta el momento todas las representaciones que Lautrec llevó a cabo se caracterizaban por ser frías, sin cabida a lo emocional y sin un mensaje moral. 

En la actualidad forma parte de una colección privada ya que fue vendida en la casa de subastas Shoteby´s.

El momento histórico en el que Lautrec realiza esta obra no es “peccata minuta”, pensemos que nos encontramos en plena Belle Époque, un mundo de placeres sensoriales que provienen de aquel lejano Paris de finales del S.XIX. París ha producido una remodelación del entramado urbano iniciado por el Barón Haussmann, cambios que produjeron una separación de realidades. Hasta este momento había una mixtificación de clases en París, pero a raíz de esta remodelación urbana las clases quedan bien diferenciadas, distinguiéndose la zona de los más adinerados de las más humildes. No obstante, el barrio de Montmartre era un espacio donde ambas clases coincidían e iban en busca de diversión ¿Os imagináis las fiestas de excesos, sexo, arte en ebullición y alcohol diarias? ¡Oh la la!.

No obstante, el mundo pictórico de Lautrec se va desarrollar lejos tal contexto histórico. Lautrec es muy suyo y va a desarrollar su pintura en un microcosmos propio, no los acontecimientos mundiales, no muestra interés por toda esa gran cantidad de cambios que supone el siglo XIX. Sus temas vuelven la vista a la sociedad del momento pero desde un punto de vista más intimista (como dicen los cantautores).

A nuestro pintor lo que le interesaba realmente era la vida del personal que trabajaba en los cabarets como el Mirliton o el Chat Noir. Pero sin duda el lugar el que se convertirá en centro de sus cuadros una vez abierto será el famoso Moulin Rouge, lugar que más adelante sería su sustento económico ya que confeccionaba los carteles del mismo.

Regresemos a la belleza y sensibilidad de este cuadro que nos trae a colación, se trata de una composición en la que plasma una escena de reposo de dos amigas prostitutas que comparten cama. Es en este conjunto de obras donde se comienzan a apreciar cierta emotividad en las relaciones de las mujeres con sus compañeras. 

Las dos mujeres son plasmadas con una técnica casi puntillista y aun vinculada al impresionismo utilizando sombras coloreadas y gradaciones de colores que dotan a la composición de una atmósfera tenue y de cierta intimidad.

Las mujeres retratadas acaparan la mirada del espectador gracias a una composición que las focaliza solo a ellas haciéndolas protagonistas de la escena, donde no importa la cama y lo que les rodee sino el vínculo afectivo que comporten en ese instante. 

Las figuras están dispuestas en escorzo y son tratadas con una pincelada ágil creando contornos sinuosos junto con una extensión compacta del color; este comportamiento es fruto de la influencia de los grabados japoneses y las litografías publicitarias para los cafés. El artista realiza una sutil danza de colores fríos que no distorsionan la calidez por la escena. Refleja casi como una fotografía el instante en el que las dos mujeres se abrazan y se besan. Este tipo de relaciones eran de lo más habituales, al fin y al cabo el ser humano tiende a buscar afecto y cariño en compañeros cuando se encuentran en un ambiente hostil y sórdido, pues por muy tierna que resulte la escena no podemos obviar lo cruento que resulta el ejercicio de la prostitución en el “mercado de la carne”.

Como curiosidad os comentaré que se ha relacionado estas obras por su temática erótica con las pinturas de mi amor platónico, el pintor realista Gustave Courbet. Es obvia la vinculación con las temáticas de Courbet ya que en ambos casos sus pinturas fueron censuradas y clasificadas como pornográficas. De hecho, muchas de estas obras eran confidenciales y estaban reservadas a caballeros que querían examinarlas en privado guardándolas en secreto. 

La intencionalidad de Lautrec era confrontar al espectador ante un tema que era objeto de fascinación general pero que a su vez pertenecía a un ámbito privado. El pintor viste las prendas de narrador de estas escenas cotidianas y a la vez impregna a su obra del carácter bohemio inevitablemente unido a la temática, al cabaret, la sensualidad y a la Belle Époque.

Amor, sentimientos, erotismo, sexualidad. Al fin y al cabo son los mismos sentimientos, las pasiones que cabalgan surcando la historia.

“Love is blind
And love deceives you
You came along and captured me
Now I’m a prisoner of your eyes
Trapped in time
I cannot leave you
I’m just a prisoner of your eyes…”

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