Hace unos días le comentaban a La Contadora que a pesar de escuchar heavy y rock, hablar de escenas sexuales con cisnes (Leda y el Cisne), posibles felaciones en el paraíso (El Origen del mundo), prostitutas dormidas extasiadas (Rolla) en el fondo era una romántica. Si bien es cierto que este año sus Majestades de Oriente me traerán carbón con el que arderé en el infierno, es verdad querido amigo anónimo, soy una romántica empedernida.
Pero he aquí que el amor lejos de ser una amalgama de cursilerías y corazoncitos embadurnados en azúcar que nos venden como “romántico”, es mucho más profundo, complejo, sensible y emerge en las más variadas circunstancias.