Tras las noticias de la vuelta a los escenarios del legendario grupo TAHÚRES ZURDOS, y con dos singles recientemente lanzados, Princesa Hada y Redención, desde The Metal Family tuvimos la oportunidad de entrevistar a Aurora Beltrán, líder de TAHÚRES ZURDOS.
THE METAL FAMILY: Cuando se supone que está la música muy mal. ¿Qué te motivó volver y empezar la gira? ¿por qué ahora?
Aurora Beltran (TAHÚRES ZURDOS): Fue una circunstancia que viene del ámbito privado. Nos juntamos porque se casaba una persona importante, nuestro mánager de toda la vida. Llevaba un mogollón de años en noviazgo. Con dos hijos, le dijimos que quería darle un regalo especial, tocar en su boda. En un principio, iba a ser en en ese ámbito. Nuestro manager le dio una vuelta y propuso hacer un concierto benéfico, donde lo recaudado sería donado para El Síndrome de Dravet, una enfermedad rara que consiste en una especie de epilepsia muy agresiva en niños. Además, coincidía que tenemos una persona con una hija afectada de ese problema. Esto se decidió en un corto plazo de tiempo, porque se empezó a fraguar la idea, como a mediados de julio, y el concierto era el 17 de agosto que era la fecha en la que nuestro manager se casaba. Se alquiló la sala Zentral en Pamplona, que tiene un aforo de 900 personas; y lo llenamos. Hubo mucha gente que trabajó ese día voluntariamente para que todo el dinero fuera a esa causa. Se enteraron los promotores de esto y dijeron: ¡Coño, TAHÚRES ZURDOS ha hecho un concierto y están llenando! Tras esto, empezaron a llamarnos y llenamos todos los sitios menos uno. Por desgracia, luego llegó la pandemia.
TMF: Eso fastidió a todos.
AB: Llegamos a tocar ese año un poco, pues era una circunstancia muy triste; lo que había. Yo llevaba mucho tiempo tocando, en solitario, en conciertos acústicos. Sobre todo, colaborando con gente. Ahora mismo estoy priorizando TAHÚRTES ZURDOS, pero sigo haciendo conciertos acústicos y, si no coincide la fecha, seguiré haciéndolos. Hemos programado esta gira que se ha llenado muy bien; estamos prácticamente teniendo mucho éxito. Además, la felicidad nos llena de ver que la gente se acuerda de nosotros, se sabe las canciones y con edades muy diferentes. También me suelen preguntar: ¿con la edad que tenéis y tal, el público será mayor? Creo que hemos conseguido aglutinar a personas que lo que le mueven realmente son las canciones, y lo que les hacen sentir, lo cual creo que es unánime. No hay que entender de razas urbanas, ni de edades, ni de hostias. Se entiende de inteligencia y buen gusto, es lo que hay.
TMF: ¿Encontráis diferencias entre la anterior etapa a esta nueva?
AB: Han pasado 20 años y se nota la diferencia. Ha cambiado mucho la industria y los medios que hay. Pero la gente, el público, tiene más años, aunque sigue cantando esas canciones. Aparte, no solamente las cuatro o cinco que suenan en las radios, sino que todas las canciones del repertorio las cantaban. El otro día, yo me fui a mi casa como si hubiera tocado el Euromillón. También había gente que venía y decía: ¿no habéis tocado esta? ¿no habéis tocado la otra? Con un repertorio de dos horas, todavía faltaban canciones, y eso es muy bueno, porque quiere decir que hay un montón de canciones que a la gente le siguen gustando, al margen de que sean las más conocidas o no. A mí, como compositora, me llena de alegría y de felicidad, porque yo siempre he sido muy consciente de que nunca he querido hacer canciones para rellenar, sino canciones que realmente tuvieran sentido para la gente que las escucha. Primero para mí, ya que me considero una tía muy normal y lo único que me diferencia de los demás es que puedo expresarme a través de las canciones y que la gente se sienta identificada, ni más ni menos, porque piensa lo mismo que yo. O sea, que sus sentimientos son iguales.