En ocasiones el erotismo, la sensualidad no se nos muestran de forma explícita. Si disfrutamos de una obra donde se muestran desnudos, obviamente resulta imposible sentir el “hormigueo” interno inicio del placer. Pero hay determinadas obras de temática aparentemente cotidiana que sin entender cómo, nos provocan esas sensaciones de las que os hablo.
Pensaréis, ya está La Contadora viendo sexo por doquier, efectivamente, el sexo es tan consustancial al ser humano que envuelve cada acción, por simple y rutinaria que parezca y para muestra un botón: La Lechera de Vermeer.
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