Lo tengo clarísimo, si alguna vez me pidiesen mencionar una obra capaz de impactar, que no entienda de indiferencias, de cuidada estética y simultáneamente te lleve a la reflexión, sin dudarlo gritaría ¡L’origine du monde (El Origen del Mundo)!, autoría de mi querido Gustave Courbet (cuántas botellas de absenta hubiésemos compartido de coincidir en tiempo, lugar y vida).
Para comentar debe estar registrado.