L’Origine du Monde – Gustave Courbet

Lo tengo clarísimo, si alguna vez me pidiesen mencionar una obra capaz de impactar, que no entienda de indiferencias, de cuidada estética y simultáneamente te lleve a la reflexión, sin dudarlo gritaría ¡L’origine du monde (El Origen del Mundo)!, autoría de mi querido Gustave Courbet (cuántas botellas de absenta hubiésemos compartido de coincidir en tiempo, lugar y vida).

L’origine du monde (1866) cuenta con la facultad de ser una obra pictórica que noquea los sentidos e impacta sin paliativos en plena era de internet y de la pornografía accesible y gratuita. 

Con éste óleo sobre lienzo que representa un primer plano del sexo femenino carnal y con vello, se sirve Courbet de forma jocosa para burlarse de todo el romanticismo y orientalismo de su época. Se acaban las excusas estéticas, mediante la perspectiva del escorzo nos sitúa frente a nuestra primera puerta de acceso al mundo: la vagina. 

Algo tan natural, cotidiano y sencillo que sin embargo (y no hemos avanzado nada en tal sentido) su representación fuera de ámbitos médicos son un tabú para la sociedad quedando relegado a mero acto pornográfico.

Llama poderosamente la atención como con Gustave Courbet comienza a representarse el vello púbico sin pudor. Nótese como se sirve de la pornografía mediante el primer planismo, característica habitual en la pornografía cinematográfica con el uso de una depurada técnica que le cataloga como claro heredero de autores como Corregio, Tiziano o Veronés. Otro elemento característico de sus cuadros lo constituye el uso del estudio de fotografías eróticas para la realización de sus obras. 

En este punto me detengo e imploro al lector que ponga a trabajar su imaginación, creo que será más sencillo si ponemos música ¿verdad?, en esta ocasión me viene a la mente HARDLINE y su Hot Cherie:

You’re gettin’ me hot, Cherie

And I want what you got all over me

Isn’t my love strong enough

I’m ready to rock you long and rough

You’re gettin’ me hot, Cherie

And I want what you got all over me

I’m going crazy.

Nos vamos entonando, ahora imaginad el pequeño estudio escasamente iluminado, placas fotográficas de genitales desnudos esparcidos por el suelo y sobre la cama cubierta únicamente con un paño blanco ella, la modelo que pasaría a la historia del arte como la vagina más famosa, representada y fotografiada del mundo. 

Y ¿quién fue la mujer que tan grandioso título albergaba? Sobre ella todo lo que se ha escrito ha sido pura especulación, en el año 2010 un investigador compró en un anticuario de París un lienzo del rostro de una mujer, de posición ladeada y actitud lujuriosa, que casa claramente como la parte recortada de nuestra obra en cuestión, llegó a la conclusión que la mujer que muestra su sexo era Joanna Hiffernan, pareja del pintor James Whistler, además de posar y ser amante de Courbert, si bien se intuye una cercanía entre Joanna con las del rostro del cuadro examinado pueden servir como base a esta teoría, lo cierto es que el encaje compositivo del rostro en el cuadro se antoja imposible, una más, de las tantas teorías que surgen en torno al cuadro en cuestión, pero realmente ¿esta maravilla necesita de rostro que le acompañe?.

Resulta paradójico que algo tan natural como lo son los genitales femeninos cree tanta expectación, imagino a Courbert con media sonrisa irónica cuando en el año 2014, en el Museo d’Orsay de París donde duerme el controvertido cuadro, se situó delante de la artista luxemburguesa Deborah de Robertis realizando una polémica performance, que tituló “Espejo de origen” y que consistía, básicamente, en sentarse y exponer su sexo delante de la obra de Courbert (nota mental, tengo que localizarla y mantener una larga charla con ella regada con varias botellas de buen vino y no olvidar decirle lo satisfecho que estaría Gustave).

Igualmente, a comienzos del año 2016 un usuario francés de Facebook publicó una imagen de ella en su muro. La red social cerró la cuenta del usuario por exhibicionismo. La justicia gala finalmente dio la razón al francés y obligó a Facebook a publicar la imagen.

No obstante, muy lejos de lo que pueda pensarse, el cuadro, en su provocación, no busca excitar al espectador ni ruborizar a las dulces damiselas que se asomen a él. El arte busca remover, hacer sentir, porque a través de los sentidos comienza la reflexión, cuando una obra de aparta de tu zona de confort, te aturde mentalmente, te abre un mundo a la reflexión. En éste caso, plantea un pulso al encorsetamiento de la moral y la sinrazón del puritanismo imperante, Gustave elimina la sacralidad del sexo femenino que obligaba a mantenerlo oculto sirviéndose del Realismo, movimiento artístico caracterizado por mostrarlo todo.

Así, Gustave, mon cherie, una vez más lo conseguiste. En la actualidad sigues incomodando a quienes pasean tranquilos por los pasillos del Museo d´Orsay, continua provocando las carcajadas y risas nerviosas de los estudiantes que acuden al mismo o incluso generas quemazón mental a quienes aplican los filtros de censura en determinada red social.

Y a mí, a mí me evoca a una sensual noche de pasión entre pinceles, pinturas, sábanas blancas, libertad, deslizándose de fondo unos acordes:

… I can’t wait for October

When the breeze from the lake; she’s blowing cold

Well maybe she’ll need me for some shelter

When the campfire dies and the tall tales have been told

And all night I’ve been workin’ overtime

Hoping that I could make you mine.

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