En Al-Hakim…
Qué lejos quedan aquellos días y aquel lugar que ya es parte de la historia del rock y de la música española en general. Y evidentemente no me estoy refiriendo al disco del mismo nombre que editaron en 1989, sino al sitio donde ensayaban en sus comienzos MEDINA AZAHARA, al que le pusieron ese nombre. Un lugar donde los sueños se fueron cumpliendo, quedando reflejados en forma de canciones en uno de sus discos más emblemáticos. Un álbum que supuso un antes y un después en la historia de la banda, pues marcó el regreso de Rabadán al grupo (un pilar indiscutible durante todo el tiempo que permaneció en él) y el ingreso de Paco Ventura como guitarrista, quien aportó ese punto más heavy a los cordobeses, definiendo su sonido hasta hoy.
Ahora, estos cordobeses universales se retiran, dejando un legado musical de más de 45 años, repartido en 30 discos —entre álbumes de estudio, directos y recopilatorios— y 5 ediciones en VHS y DVD. Además, este mismo año han recibido el merecidísimo reconocimiento de la Medalla de Andalucía “Manuel Clavero Arévalo”.
Cuando las grandes bandas se despiden, normalmente lo hacen por el peso y el paso de los años, cuando ya faltan varios de sus componentes… y lo asumimos con cierta naturalidad, porque, como se suele decir, “es ley de vida”. Pero en el caso de MEDINA AZAHARA, estando en plenitud —o eso es lo que reflejan (la profesión irá por dentro, imagino)—, no resulta fácil encajarlo.
Con el adiós de los cordobeses se nos queda un hueco enorme en el corazón a quienes los hemos seguido durante casi 40 años. Y aunque sus discos permanecen, siempre nos quedará la añoranza de no poder volver a verlos en directo.
Pero eso sí: el próximo viernes 27 de junio estarán descargando su legado de rock andaluz-sí, en la plaza de toros de Osuna, en lo que para muchos de nosotros será la última oportunidad de disfrutar de su música en vivo.
Allí estaremos, como privilegiados testigos de lujo.