Han pasado cinco años desde su anterior trabajo, Of Truth and Sacrifice, un disco que me impactó en su día, ya que rompía todas las normas de aquella época y demostraba que HEAVEN SHALL BURN no encajaba en ningún molde. Los únicos límites que tenía la banda eran los que ella misma se propusiera.
Cuando escucho por primera vez un disco de una banda que me gusta especialmente, afronto el momento con cierto temor: ¿encontraré la esencia del grupo sin que parezca algo recalentado? ¿O descubriré matices nuevos que no desvirtúen su identidad? En este caso, una vez escuchados los primeros temas, esos temores se desvanecen. HEAVEN SHALL BURN ha sabido encontrar en Heimat la justa medida entre desarrollar su sonido e introducir elementos nuevos.