Los neerlandeses ASPHYX no deberían necesitar presentación para la gente aficionada al mejor metal, puesto que son una de las bandas más importantes y conocidas dentro del death/doom. Un grupo veterano que empezó en 1987, aunque no consiguió publicar su primer álbum hasta 1991, y que ha seguido en activo hasta ahora excepto por un parón de varios años a principios de los 2000. De hecho, actualmente no queda ninguno de los miembros originales y solo uno de los que grabaron ese disco debut, The Rack, concretamemte el cantante Martin Van Drunen, mi favorito de todos los vocalistas que han pasado por ASPHYX.
Con Necroceros, publicado hace menos de un mes y que es nada menos que su décimo álbum, demuestran que siguen en plena forma. Y es que se nota que los miembros de la formación actual, que llevan juntos desde 2014, se compenetran muy bien como ya se pudo apreciar en su anterior álbum, Incoming Death, de 2016. Y también que a la banda le ha sentado de maravilla esa estabilidad, poco habitual en su carrera.