Aunque lo parezca, no soy de elogios fáciles, tengo un paladar muy exquisito que no se sacia de lo primero que se mete en boca. En general, voy catando muchas propuestas, hasta encontrar esa banda, ese disco, que merece ser más que catado, degustado y saboreado. Es el caso de TEMTRIS y su disco Ritual Warfare.