Tengo que reconocer mi gran debilidad por el metal de factura sueca, más clásico y con más tradición que en otros países. Siempre se han exportado grandes discos del género entre los nórdicos. Cierto es que, antes de la primera escucha, ya me había hecho a la idea de un disco de corte oscuro, aunque, en esa primera pasada, la sorpresa ha sido precisamente ver que nos vamos a encontrar un disco, sobre todo, enérgico y vibrante.
Once cortes en este Shadowland que nos llega de manos de unos de los máximos representantes del NWOSHM (New Wave of Swedish Heavy Metal), WOLF. Entre ellos, una diversidad temática pero una gran congruencia en cuanto a sonido, que hace fácil escuchar la totalidad del trabajo como una sola idea donde se han ido explotando diversos matices.