Llega mediados de agosto y ya es una cita obligada para unos servidores coger la autovía y visitar Rubite para asistir al Almendra Rock. Esta vez además de ir como público, me toca la labor de tocar con mis amigos de DESCENT TO HELL, por motivos laborales uno de sus guitarristas debe abandonar el grupo, y me piden que lo sustituya para el evento. Al principio no estaba muy decidido, pero unas barbacoas y unas cervezas siempre consiguen hacerme cambiar de opinión.