Crónica: Jack Metal Fest Never Die – Sala La Petite Granada 18/12/21

Hay festivales que nacen con vocación de ser algo más grande que un festival. Son una oportunidad, un escaparate para visibilizar, un proyecto de unión para que bandas de aquí y de allá toquen con unas buenas condiciones. Así es realmente Jack Metal Fest. Un festival que nació de la ilusión de Jacques, uno de los miembros fundadores de The Metal Family. Aunque después, de este proyecto, hay tirando todo un equipo de gente implicada en que salga adelante.

Una primera edición en Málaga y luego Sevilla, para llegar esta tercera, aplazada, pandémica y con mil dudas en el aire, con un cartel en el que pudimos disfrutar de los malagueños SERPENGORIA, los motrileños ANIMA AETERNA y, desde Madrid, LETHARGUS, presentando su último trabajo Eclectia

La siempre difícil tarea de abrir la noche correspondió en esta ocasión a SERPENGORIA, que se encontró arropada por un buen grupo de amigos granadinos que llegaron para darles calor y muchos ánimos, tal como uno espera cuando visita una ciudad que no es la suya. No se trata de una banda que experimente en demasía, más bien el tipo de banda que se sitúa claramente en un sonido propio y lo explota durante todo el show sin grandes altibajos ni cambios de registro.

Como suele ocurrir en estos casos, a partir de la mitad del setlist la banda había calentado lo suficiente y se vio más suelta y confiada sobre el escenario a partir de El mito de la caverna, con temas que sonaron bastante potentes, como Mundo infeliz y el final de show, con Tierra Maldita. Entre medias, una colaboración de Noe, vocalista de ANIMA AETERNA, que demostró su capacidad para adaptarse a diversos registros.

En el caso de ANIMA AETERNA, siguientes en cartel, no fue sólo un concierto al uso, ya que teclista y vocalista contraen matrimonio a la semana siguiente del festival. Es así que mientras Noe entonaba su Desátame, se vio interrumpida por su mánager para sorprenderla con una curiosa petición matrimonial “in scaena”. Es por ello, que a modo de replica ella después cantó también el “Cumpleaños feliz” a, Esteban Leyva (guitarrista de la banda) y Germán (teclista y también novio). Son, sin dudas, las cosas que tiene el tocar en familia, que estas cuestiones son también parte del propio espectáculo.

Declaraciones amorosas aparte, a la banda se la vio en forma tras el parón que ha supuesto para todos los grupos la pandemia y haber calentado con un par de conciertos previos. Aunque no presenta novedades en estos días, pudimos constatar que la banda va creciendo poco a poco. En mi caso, que no los veía desde hace bastante tiempo, el cambio apreciado es grande y se notaba especialmente en temas como Superbia o Alma mater, con los que pusieron punto final a su concierto.

Ya con el ambiente más cálido, a pesar de que no fue un festival muy concurrido, LETHARGUS salió con los ánimos y las ganas en todo lo alto. Abriendo con Destino cruel y una presentación muy animada por parte de César Ortiz, que en todo momento ejerció de frontman e intentó tirar del público hacia las primeras filas de la sala. La agrupación presentaba Eclectia, su último LP y venía con ganas de que el público granadino recuerde su paso por la ciudad.

Entre sus temas Alas de mimbre, La noche más oscura o las que compusieron el bloque final que lanzaron como metralla tras una versión de WASP, contaron también con la colaboración de Noëmi Régil, que los acompañó en Estrella fugaz, un tema que sonó como hecho para cantar entre ambos.

Ponían así punto final los madrileños con Triste mortal, clausurando con el tema y la correspondiente foto finish un festival que concluye con la incógnita de si se seguirán celebrando futuras ediciones en Granada. Lo que está claro es que, si queremos metal en Granada hay que volcarse y apoyarlo. Por las bandas, por las salas, por la gran labor de organización que tiene cualquier evento, pero, sobre todo, por los que queremos que no falte en rock en la ciudad. En nuestras manos queda que el metal siga sonando.