Crónica: KRISIUN arrasa a la península sin piedad

Los tiempos cambian y no es raro ver más presencia femenina en los grupos de extreme metal. Como obertura de la gira, Bélgica nos brindó la oportunidad de contemplar a una de sus bandas más prometedoras en el technical death metal, TRIAGONE. Con un solo EP de casi media hora de duración lanzado a mitad de Febrero de este año, Sem Papyrvs, estaba claro que el repertorio se centraría en él. Sin embargo, el poco público presente se centró en su bestial cantante, Lorena, quien rompió más oídos que corazones. Tal es su calidad vocal que el estilo gutural salía solo, pues apenas se la veía forzar la garganta, tórax o abdomen. A pesar de la poca iluminación en el escenario, el aspecto oscuro le dio un toque enigmático a TRIAGONE en su debut ibérico.

No hay que despreciar al resto del grupo, ya que cada músico demostró su destreza sin penas esfuerzo. Los continuos ensayos interpretativos deberían ser la causa de ello, pues ver la facilidad de Léo a los graves no podía indicar otra cosa. Ambos guitarristas, Lou y Lucas, ponían a tono el headbanging del público sin dejar de rasgar las cuerdas con una técnica increíble. Por detrás, Lorenzo (SCHIZOPHRENIA) controlaba cada tema con sus dotes percusionistas, siendo el más calmado (¡por así decirlo!) de todos los integrantes, pero sin quitar la sonrisa de su rostro. Tal era el brutal sonido que la banda expelía por los altavoces que tiraba hacia atrás; más si contamos con la carisma de Lorena y su conexión social con el público. Aclamados de principio a fin, TRIAGONE se retiró del escenario entre aplausos y un buen puñado de fans que no tardaron en dirigirse al merchandising.

Subiendo un poco dentro de Europa, le tocaba un turno doble a Dinamarca. Con un estilo black/death y algún que otro aspecto gótico en el decoro textil y del maquillaje, la banda DEFACING GOD atenuó la iluminación para dar más protagonismo a la oscuridad que necesitaba para envolver su actuación. No era para menos, pues tras una breve introducción donde la luna se tornó negra sin eclipse alguno, el grupo empezó un espléndido espectáculo rodeado de ambientación y con su vocalista, Sandie “Lilith”, dando todo su ser en voz y movimiento. Sin duda, fue la estrella que más brilló al frente, sin quitar mérito al resto de integrantes. Como un huracán femenino, marcó el escenario de la Sala Copérnico como su dominio absoluto durante poco más de media hora.

Nivelando el sonido para evitar los altibajos y fallos técnicos, DEFACING GOD desplegó el esperado setlist a través de su álbum debut, The Resurrection of Lilith. Los temas primero y tercero invocatorios, Lilith y Abyzou, quedaron divinos con el despliegue interpretativo de ambos guitarristas, Christian y Signar, siendo éste último el artífice de las zonas solistas. Nos faltó el segundo, Jezebel, aunque poco se podía pedir a una banda cuyo único objetivo era enseñar su arte compositor a las masas sociales y metaleras. Cerca del final, el single Succumb the Euphoria hizo relucir el estilo grave del bajo de Rasmus, quien no pasó desapercibido por su continua interacción con los asistentes. Tras acabar con Into the Mist of Memories, DEFACING GOD fue alabado al unísono al igual que las múltiples peticiones de bises.

Dinamarca quiso jugar a doble filo dentro del death metal en esta gira de KRISIUN. Si DEFACING GOD ofreció un show de oscuridad, los compatriotas BAEST abrieron la veda a la fiesta y el despelote total. Este quinteto danés es la prueba viviente de que se puede hacer música extrema y armar un golpe fiestero de buena voluntad sin importar lo que la gente piense o diga. Pudiera ser la razón de su rápido fichaje por Century Media Records y los tres álbumes que llevan en su discografía, pero lo vivido en Madrid se resume en que todo el público estábamos en un moshpit continuo. Entre la brutalidad de los temas, el característico aspecto divertido de BAEST y la carisma de sus artistas, no extrañó que el público se volcase con ellos desde el primer acorde, incluyendo a vuestro propio servidor.

Cual hermandad de metaleros sin fronteras, BAEST conectó con todos los asistentes de una manera u otra, siempre dejándose la piel en los temas. Mattias y su bajo Rickenbacker lograban una puesta a punto de los graves por todo el lugar mientras Lasse y Svend intercambiaban impresiones guitarreras con cervezas en mano y sonrisas por doquier. En la retaguardia, Sebastian competía con Mattias por el premio al mejor “pecho lobo” junto a los bestiales toques de percusión y pedaleras bateristas. Por último, Simon es un frontman salido del mismo infierno, pero tomando a éste como si fuera su casita de juegos particular. No lo digo yo, pues sus acciones hablaban por sí solas. Invocar moshpits, meterse en ellos, sentir el cálido apoyo del público… Para no tener el setlist que interpretaron, un álbum ya es capaz de dar vida a mis palabras, pues igual testimonio tendrían los testigos del gran concierto.

Hay quien dice que el estilo metal es cosa de amigos y conocidos que se juntan para hacer algo extremo… Pues deberían saber que una familia también puede hacer música extrema cuando quiera. En Brasil, no hay mejor caso que los hermanos Kolesne, quienes tuvieron esa misma idea hace más de treinta años y en la actualidad, han hecho que su banda KRISIUN sea considerada pionera del death metal brasileño. Siendo hermanos fuertes, imponentes y muy unidos, decidieron venir a Europa para presentar su último trabajo, Mortem Solis, el cual volvió a impresionar al público y los fans. La ocasión merecía un acto especial y en mi opinión, chocar los puños con Alex y su bajo antes de empezar el show fue un sueño cumplido en mi vida.

De KRISIUN se esperaba una actuación bestial y cargada de rabia, y aunque eso era lo que vivieron los presentes, yo lo vi diferente. Para mí, KRISIUN conforman mi trinidad extrema clásica junto a CANNIBAL CORPSE y KATAKLYSM. Corpsegrinder y compañía me representan la verdad de la realidad, Mauricio y el resto la épica de la misma y KRISIUN, la belleza en sí. La unión de los tres conceptos me hace comprender el aspecto musical del mundo y lo que nos rodea, de modo que más emocionado no podía estar. A través de un sonido tan nítido y rudo como una excavadora entre las ruinas de la sociedad, los tres hermanos aparecieron en el escenario, quedando Moyses a la izquierda, Alex a la derecha y Max, en el centro.

Ver a Alex ejecutar graves con su arraigada voz en Ravager y Combustion Inferno poseía un significado único en toda la cultura metalera. De igual manera, la rapidez y vigor de Moyses en Scourge of the Enhroned y Blood of Lions incitaba a los moshpits como si no hubiera un mañana. Atrás, Max es un referente excelente en la batería, pues su consistencia y técnica en cortes como Vengeance’s Revelation o Bloodcraft resultaba ser más impresionante que la de artistas análogos similares. El culmen del show quedó en la ejecución veloz e inesperada del tema Ace of Spades, de MOTORHEAD. Fue tan increíble que las manos ardían de tanto aplaudir y las gargantas estaban secas. Ésa es la belleza de KRISIUN que me encanta, ofrecer un espectáculo al límite y extenuar a los presentes sin piedad. Por ello, la despedida fue unánime para todos. Los tres hermanos no perdieron la oportunidad de codearse con los presentes y no tardé en abrazar y felicitar a Alex, Moyses y Max, ¡pues son un referente en mi vida!