No nos acostumbramos aún a entrar a una sala de conciertos a medio día. De hecho, lo habitual era entrar de noche y salir cuando empezaba el día. Hace un año nos cuentan que íbamos a escuchar metal en una sala a la hora de la cerveza y no nos lo creemos. Pero, las cosas son como son y hoy por hoy, lo que de verdad importa, es que haya salas, como Sala X en Sevilla, que aún se esfuerzan por seguir programando, en el horario y con el aforo que les dejen. Tampoco es fácil acostumbrarse a ver al público sentado en sillas, pero, incluso así, se agradece mucho poder disfrutar de conciertos.
El domingo, en Sevilla, las camisetas metaleras y las chaquetas de cuero llenaron la calle José Díaz y posteriormente el aforo disponible de la sala, para recibir a los sevillanos ORTHODOX y los granadinos SÖLAR, que llegaron abriendo gira de su quinto trabajo discográfico Rompiendo Esquemas (Clifford Records, 2021). Los granadinos lo hacían como parte del ciclo Elegidos de SGAE, que ha seleccionado una serie de grupos de todos los estilos y procedencias para acompañar a bandas nacionales e internacionales en su paso por Sala X.
Dos propuestas diametralmente opuestas que sin embargo reunieron y agradaron al público de ambas bandas por igual, y que dieron a los granadinos la oportunidad de darse a conocer en una ciudad donde aún no habían podido ponerse de largo. SÖLAR fueron los primeros en ocupar en escenario, con una propuesta de rock alternativo melódico de composiciones equilibradas y potentes voces que, a pesar de no haber podido desplegar todo su espectáculo por cuestiones de organización, cuidaron, como siempre, su potente puesta en escena tras una elaborada intro que sirve como preludio o prólogo de lo que está por venir.
Donde realmente brilla la banda es precisamente en sus cuidados directos, dinámicos y llenos de cambios de rasante, curvas y contra curvas, si algo se puede apreciar en ellos es su capacidad para llenar el espacio con una presencia brutal, que sirve de telón de fondo a unos temas redondos que enlazan casi sin descanso. Todo ello, a pesar de que en el primer tema la tecnología les jugó una mala pasada de la que supieron reponerse en unos segundos y seguir adelante sin perder la compostura. A partir de ahí, un crescendo que les subió arriba, tras tocar prácticamente todo el nuevo LP exceptuando los temas más tranquilos, hasta concluir con el siempre esperado Hiperactivo que deja el listón de sus actuaciones en lo más alto.
Completamente diferente, la propuesta de ORTHODOX, se centra en un doom metal – avant garde con tintes de un stoner denso que, sin embargo, bebe directamente del free jazz más experimental y contemporáneo. Una mezcla compleja donde cada uno de sus ingredientes te va dejando distinto regusto según el tema interpretado. Temas entre los que no sólo tocaron los ya conocidos por su público, sino que aprovecharon la ocasión para estrenar, casi a modo de prueba, como ellos mismos afirmaron a micro abierto, los nuevos que está grabando la banda.
Con unos cuantos años y trabajos publicados ya a sus espaldas, los sevillanos comenzaron su actuación con la parte más densa de su setlist, suavizando poco a poco, si se puede utilizar este término aplicado a un género ya de por sí tan extremo, una actuación que fue captando de menos a más la atención de un público que, inicialmente permaneció más pasivo y finalmente agitaba fuertemente la cabeza, que es, lo máximo que se permite dada las circunstancias de la pandemia.
Dos bandas distintas para un concierto que nos da la vida tras meses de parón escénico a todos los que pensamos que, la música, y la cultura, tienen que seguir activas y llenando nuestra vida de buenos momentos, como los vividos ayer en Sevilla, eso sí, siendo siempre una Cultura Segura.