La Contadora se ha revestido de valor y por fin ha decidido hablar del cubismo y Picasso. Teníamos una deuda pendiente lo reconozco, pero quienes me conocen saben que no siento una gran devoción por dicho movimiento artístico ni por el pintor. Sí, soy consciente que tras esta manifestación por mi parte debo expiar mi culpa. No conozco mejor forma de hacerlo que zambulléndome de pleno en el cubismo e intentar trasladaros de forma instructiva y amena.
Para tan insigne ocasión me he decantado por la obra Las señoritas de Aviñon, un óleo sobre lienzo con el que en 1907 Pablo Picasso abrió las puertas al mundo de una revolución en la forma de transmitir a través del Arte.