Review: CAIN`S DINASTY – “The Witch & The Martyr” (Autoeditado, 2022)

Para empezar a hablar de The Witch and the Martyr con objetividad debería empezar diciendo que no puedo presumir de encontrarme entre sus más fieles seguidores, sino que descubrí CAIN’S DINASTY, en directo, hace unos días y llego a este disco ajeno a cualquier opinión o influencia previa. Eso tiene descubrir bandas, puedes escuchar su trabajo desde la más honesta objetividad.

Dicho esto, comentar que la puesta en escena de esta banda que se auto adscribe al vampire metal, un género como a medida de los personajes que evolucionan en el escenario frente a nosotros, oscuros, tenebrosos, pero con capacidad para desarrollar un power metal que convive con el heavy, el thrash, el death metal y unas voces guturales profundas, intensas como su teatral puesta en escena.

En una primera escucha del disco me impacta, sobre todo, su inicio, con The Rising -Renegades, un tema que comienza con la lectura de un texto contenido en el propio libreto como única voz en un instrumental oscuro y denso que no prescinde de un solo de guitarra técnico, ágil y bien ejecutado que nos pone en contexto sobre la historia que van a desarrollar en este trabajo.

Una historia que viene de atrás y sigue la estela de los personajes que pueblan su imaginario interior, Eva (una bruja medieval), Marek (un monje que se transformó en vampiro), Assaru, Nezru o el inquisidor, Miguel. A partir de los personajes, sus tortuosas historias en las que se mezclan la brujería, el vampirismo y la religión.

Wanderer un tema que se desarrolla en un power metal melódico en el que las guitarras y el doble bombo se engarzan entre sí para sostener la enérgica voz de Rubén Picazo, quien demuestra su capacidad para llegar a un registro realmente alto y bajar a los infiernos apoyándose en su técnica y amplitud vocal. Con una temática muy actual, a pesar de su ambientación medievalista, el tema nos habla de rebeldía, de no dejarse pisar y buscar el propio destino, aunque parezca incierto.

Desde ahí, el salto hasta Two Graves, con un comienzo tétrico que no por ello deja atrás la energía con la que da comienzo el tema anterior. Mucho más sutil, inconfundibles las afiladas guitarras y la contundencia en la batería, una base rítmica potente en todo el disco, que contribuye a meternos de lleno en esa atmósfera tenebrosa de la que no nos quieren dejar salir. Impresionante solo de guitarra, fuego de un infierno oscuro para los que nos sentimos cautivados por la agilidad en las cuerdas de una guitarra.

El comienzo de The Past – Dark Lullaby no puede producirnos más que angustia en el llanto de un niño y el chirriar de una puerta que, al abrirse, nos arroja nuevamente hasta unas guitarras desaforadas que nos arañan por dentro de una forma sombría donde la voz desgarrada parece romper el más férreo hechizo y nos vapulea durante poco más de un minuto en el que la intensidad suple a la duración e incluso se agradece la condensación con la que introducen esta pieza en forma de estaca con la que podrían perforar el pecho de cualquier vampiro.

Tras el corto interludio Pure evil es tal como sugiere su título, una sucesión de agresivos y afilados riffs de guitarra sobre las que el diablo camina en el filo del infierno. Oscura, densa, con unas armonías elaboradas y, nuevamente, toda la fuerza vocal necesaria para meternos en su averno personal donde, mientras escupen fuego en forma de melodías imposibles nos hacen plantearnos la procedencia del mal e incluso qué es el mal en sí mismo. A esas alturas del disco, su historia se sostiene, es creíble, tiene un nudo central y otro que nos oprime la boca del estómago. Sí, a esas alturas del disco, cualquiera se podría dejar morder y coquetear con la inmortalidad cara a cara.

A partir de ahí, metidos de lleno en su mundo oscuro, llegamos casi a la mitad del álbum, con un sexto corte The Awakening: Ritual que parece funcionar como punto y aparte en el disco. Más ambiental, al menos en su comienzo, una locución que lanza un conjuro vuelve, también en menos de un minuto, a ser antesala de la siguiente sala de su infierno.

Esa sala, a la que han llamado Red Moon, nos invita a entrar plácidamente en este séptimo corte, pero no nos confiemos, segundos después vuelven a vapulearnos con toda la intensidad de una voz que nos aplasta nuevamente contra las cuerdas. Llegando aquí ¿querríamos huir de este inframundo? Imposible tras degustar, como sangre entre los labios, los cambios vocales, de limpios a guturales, sin fragmentación, sin respiro. Impresionada cada tema más, de la fuerza de una batería que sostiene cada composición para que no decaiga un segundo. Pieza fundamental, Emilio Benavent se luce en todos los temas, incluso en los que no tiene intención de hacerlo.

Metiéndose de lleno en el heavy metal más clásico March of the Dead, vuelve a demostrar que el trabajo de Joaquín Leal y Alex Ramírez a las guitarras es absolutamente impresionante, no sólo en los solos, siempre sublimes, sino en todas las melodías, que abordan con maestría y, en este tema especialmente, combinadas con las melodías vocales en las que los coros, en engarce de las voces y la forma de conducirlas hasta el final del tema conforman, en mi opinión, uno de los temas más potentes del disco, más épico y mejor concluidos, con un piano que se pierde y nos hace perdernos en su musicalidad casi romántica.

Sorprende, tras ese despliegue de fuerza, que el siguiente tema parece continuar la estela del anterior y retoma la atmósfera donde la habían dejado, nuevamente con un piano que da pie a una voz profunda, esta vez ¡en castellano! Incluso, en eso, me sorprende gratamente (mi incapacidad para entender los temas en inglés me hace perderme matices que, en Vacío, no me pasan desapercibidos. Nos deleitan, aquí, con esta balada donde las guitarras culminan el gran trabajo de composición en un tema que se ha convertido en mi favorito, sin desmerecer, por supuesto, al resto. Aquí, solamente, entramos en cuestión idiomática y mis propias limitaciones.

Blood for blood, sin embargo, entra desde el inicio contrastando fuertemente con el tema anterior, más épica, más guerrera, un grito desgarrador, in crescendo, vuelve a llevarnos a sus sangrientos ejércitos que levantan un muro de sonido sólido, apoyados en la fuerza de su base rítmica que marca un paso casi marcial. Miedo me da pensar en el tenebroso ejército que podría marchar con tan tétrica y sangrienta composición. Un disfrute cerrar los ojos e imaginar su mundo de fantasía donde nada es lo que parece.

El disco podría terminar ahí perfectamente, pero sigue adelante con una nueva pieza que se sirve a sí misma como introducción de esta tercera parte. Martyr es, sin dudas, otras de las piezas más interesantes, más actual, moderna incluso, con rítmica y melodías menos clásicas. Quizás la que más me llama la atención desde el punto de vista musical y por lo que supone de cambio con respecto a los temas anteriores. Desborda energía y nos permite buscar, entre golpes, el bajo de Ramón Valero, que no pasa desapercibido en ningún tema a pesar de que, las guitarras, son siempre protagonistas. Es lo que pasa cuando tienes guitarristas con destreza y personalidad, imposible despegarse del sonido de las cuerdas.

En The Morning – King’s Death nos encontramos con un corte más dulce, que nos anticipa el final del disco entre arreglos sinfónicos y ese sustrato épico que se mantiene en poco más de un minuto siendo, sin dudas, otro de los interludios que van marcando lugares de cambio en este disco que termina magistralmente con Strong Again, un tema de power metal sólido, con arreglos a la altura del resto del disco, inmersivo, personal, épico. Poco más que se pueda pedir a un disco que pasa de los 48 min en los que nos podemos dejar llevar a sus infiernos personales sabiendo que, de este fuego, vamos a salir indemnes.

En conclusión, un trabajo redondo, cuidado, bien armado, sólido. Un disco que puede y debe consolidar esta banda para que la podamos ver en el lugar que merecen.

CAIN’S DINASTY son: 

Rubén Picazo – Voz

Joaquín Leal – Guitarra

Emilio Benavent – Batería

Alex Ramirez – Gutarras

Ramón Valero – Bajo

Tracklist

01 – The Rising – Renegades

02 – Wanderer

03 – Two Graves

04 – The Past – Dark Lullaby

05 – Pure Evil

06 – The Awakening – Ritual

07 – Red Moon

08 – March Of The Dead

09 – Vacío

10 – Blood For Blood

11 – Martyr

12 – The Mourning – King’s Death

13 – Strong Again

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