Review: WHEEL – “Charismatic Leaders” (2024)

Dedicado a los inútiles que gobernaron y, sobre todo, gobiernan nuestro querido mundo, WHEEL nos trae Charismatic Leaders. El tercer álbum de estudio de los finlandeses cuenta únicamente con siete temas… No está mal echar un polvo con únicamente siete orgasmos en 47 minutos.

Los mal-llamados, aunque no sin motivos, “herederos de TOOL” nos traen un metal progresivo digno de ese título. Sin embargo, he de decir que a mi parecer cada vez se alejan más de sus maestros, encontrando un camino con un gran mérito propio que ya se merece que dejemos de lado las comparaciones. Aun así, no podemos negar que WHEEL huele muchísimo al grupo californiano, y que también rezuma matices de sus productos paralelos como PUSCIFER o A PERFECT CIRCLE, e incluso a los australianos de KARNIVOOL.

Respecto a la temática de Charismatic Leaders, los artistas comentan que “líder carismático” es un término usado normalmente para describir al líder de una secta. Con esto intentan describir la situación actual de la esfera política, donde en vez de tratar sobre “los asuntos de las ciudades” (o polis), se centra en el culto a la personalidad de determinados individuos. Aun así, la intención no era aproximarse a la idea de álbum conceptual, pero sí crear música y unas letras alrededor de esta idea… y qué música…

El sello discográfico InsadeOut Music (HAKEN, LEPROUS, OU, DREAM THEATER, etc.), Daniel Bergstand (productor de grupazos como IN FLAMES, MESHUGGAH, SOILWORK, DIMMU BORGIR y BEHEMOTH) y Fredrik Thordendal (guitarrista de MESHUGGAH) estuvieron a cargo de la grabación de esta pequeña obra de arte. Mientras tanto, de la mezcla se encargó Forrester Savell, responsable del sonido de artistas como KARNIVOOL, CALIGULA’S HORSE, TESSERACT o SKYHARBOUR, entre muchos otros.

Pero sin más dilación, demos la bienvenida a los carismáticos líderes:

Lo nuevo de WHEEL abre con Empire, uno de los singles que nos llegó por anticipado. Un tema que, traicionando mis palabras previas, recuerda muchísimo a los TOOL. Los pesados ritmos y contundentes riffs de guitarra, acompañados de ese bajo atronador se mezclan en una mezcla confusa de acentos que te hacen perder el compás y contrastan con una voz que solo desgarra de forma definitiva al final de la canción. En la letra, la rueda finlandesa nos habla sobre la creación de un “imperio” a través de la manipulación, de cómo nuestros líderes aprovechan el odio y el dolor para crear una unión artificial en busca de la renuncia de la autonomía y la individualidad del ser en favor de esa frágil idea de patria. Pues al final “se recoge lo que se siembra”, como tantas veces ha ocurrido ya en la historia de nuestra especie.

El segundo orgasmo llega con Porcelain, otro de los temas que nos adelantó la banda. A modo de contraste con su predecesor, la fuerza da paso a la sutileza. La recriminación que podíamos ver en la letra de Empire deja lugar a un aparente hastío ante la comprensión de que nuestra estabilidad es frágil y que las cicatrices del pasado vuelven a resurgir mientras todo el mundo gira la cabeza y le echa a otro la culpa.

Submission es la tercera pieza de este pequeño manifiesto personal. En ella, la banda nos habla del culto al individuo, de cómo se alzará de nuevo la vieja pesadilla del caudillo que somete al resto a su voluntad. El culto a la imagen más cercana al Gran Hermano del Averno en un mundo carente de individualidad, en el que sobresalir es una oportunidad más de ponerte de nuevo de rodillas, en el que el único camino es la sumisión activa (pues la pasiva ha sido la causa de su resurgir). Musicalmente vemos una pieza más mecánica, rítmicamente más clara, como si fuese ese engranaje bien engrasado fruto de la sumisión al pulso. Conforme avanza el tema, el pulso se desdibuja hasta que parece que se librarán de esa máquina en la que están sometidos. Pero la voz, siendo ese líder en el estribillo, les recuerda cuál es su sitio.

El cuarto clímax, Saboteur, quizá sea culpa de un par de adornos del bajista, la batería o del juego de densidades y altibajos, pero me recuerda más a KARNIVOOL. Aunque quizá peque de monotonía en la parte vocal. Cada verso corresponde a una frase melódica acotada y, en un tema de ocho minutos, llega a pesarme demasiado. Por suerte, los contrastes están ahí para romper la rutina. La letra me resulta algo confusa, así que os la dejaré a vuestra interpretación.

Discipline… La tercera píldora que el grupo estrenó como anticipo es… Sublime. Es un tema que construye su atmósfera poco a poco, a fuego lento, contrastando con el tsunami sonoro que le precedía. La canción te hace gozar de su ligereza para luego estamparte en su final.

En la recta final tenemos un pequeño interludio instrumental por parte de la guitarra, Caught in the Afterglow. Un calentamiento ligero muy acorde con el inicio del siguiente y último tema: The Freeze. La guinda del pastel empieza de forma delicada y calienta motores conforme se desarrolla para finalmente explotar. El juego estéreo del bajo, el solo de guitarra, los cambios de intensidad y densidad… Diez minutos de placer que se pasan volando. WHEEL, damas y caballeros.

Sin duda, es el disco más pesado que he escuchado de los finlandeses. No porque sea aburrido, sino porque su sonido es quizá masivo. La densidad en sus guitarras, la pesada batería que cambia de acentos continuamente, el bajo que no te deja descansar y una forma poco convencional llega a ser abrumadora. En muchas ocasiones me he perdido en su onda atronadora.

Pero, como os comentaba, conforme se acerca el final, la banda parece comprender que quizá se ha pasado y decrece para regalarnos algo más sutil. Sin duda, el decrecendo es inversamente proporcional al interés que suscita. Y el final es apoteósico.

Sin mucho más que comentar, y como siempre digo, coged los auriculares y disfrutad de la buena música.