Crónica: SÔBER sigue su estrella en Granada (Sala El Tren) – 28/05/22

Normalmente, a ninguna banda le gusta coincidir en su concierto con la final de la Champions. Suele ser, al menos en algunas ocasiones, sinónimo de una floja asistencia de público. No podemos decir esto del concierto de SÔBER en Granada, con BON VIVANT y CONTRABANDA como teloneros, ya que nada más entrar la sala ya estaba llena. Sí, llena con los teloneros. Tampoco eso es lo habitual pero ese día se alinearon muchos astros y, quizás, la “Estrella Polar”, para que la Sala El Tren estuviera a rebosar de público.

Con bastante puntualidad, para lo que suelen ser los conciertos en la ciudad, BON VIVANT saltó al escenario y la luz se hizo. En sentido literal y figurado. Un placer disfrutar de la estupenda iluminación de esta sala que supo sacar partido a las bandas desde la mesa de luces. Una luz que también emanaba de la puesta en escena fresca y potente de estos madrileños que están en plena gira presentación de Supernova, su último disco.

De este trabajo, le bastaron los ocho temas que llevaron al directo para convencer tanto musicalmente como por actitud sobre el escenario. Buenas letras, melodías pegadizas y una voz muy adecuada para el modern rock en el que afirman adscribirse. Especialmente potentes Lobos o Aves de paso y, por supuesto, Supernova la que da nombre el álbum. Mucho feeling con el público en un concierto que supo a poco y dejó con ganas de volverlos a ver.

Sin apenas dilación CONTRABANDA les seguían en el escenario con una puesta en escena dinámica, algo más oscura (lumínicamente hablando), pero igualmente potente. Ninguna de las dos bandas hace metal pero lo cierto es que fueron dignos predecesores del cabeza de cartel y que es un placer descubrir bandas, en el ámbito del rock, que aún pueden sorprender y aportar.

En el caso de CONTRABANDA, que comenzó con su Maldición, pasaron el ecuador de su también corta actuación con tanta energía que al llegar a Berlín parecían haber consumido todos los cartuchos. Pero no, dos temas más servían de cierre para otra actuación espectacular que completaba la de sus antecesores para dejar los ánimos bien arriba para recibir a SÔBER.

Lo más esperado de la noche, la Elegía de SÔBER hizo venirse más arriba al público en cuanto se descorrió el telón. La puesta en escena, reforzada por iluminación de escenario completó la ya de por sí buena visibilidad de las tablas, para disfrute de fotógrafos y público.

Dieciocho temas en un setlist daban la posibilidad de pasar prácticamente por todos sus trabajos anteriores y no dejar atrás ninguno de los temas que todo el mundo espera escuchar cuando va a un concierto de SÔBER. Entre ellos, Estrella Polar, por supuesto, con Jorge Escobedo cantando entre el público mientras sobre el escenario se preparaba un set más reducido para la parte más íntima del concierto, Blancanieve, Arrepentido y un tema que los acompaña siempre y concierto tras concierto despierta emociones. Nos referimos, evidentemente, a Náufrago, un tema que se te agarra a la piel mientras suena.

Una de las indiscutibles virtudes de los conciertos de SÔBER es que saben cómo ir alternando temas de forma que siempre tienen a sus seguidores al borde de la emoción. A base de letras intensas y unos solos de guitarra que subrayan y levantan las composiciones para llevarlas a un terreno más metal que después se diluye en las melodías más cadenciosas y cercanas casi siempre a una balada.

Carlos Escobedo, Antonio Bernardini, Jorge Escobedo y Manu Reyes tienen ya tablas y experiencia como para hacerse con el público desde el primer tema que, en esta ocasión, fue Mi heroína y no dejar que el ambiente decaiga en toda la noche. Una noche intensa, como sus canciones. Una noche que terminó con Diez años y la sensación de que esta banda viene poco por Granada, pero, cuando lo hace, es para dejar el listón en todo lo alto.

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