Crónica: El festival Camorock celebra su décimo cumpleaños a lo “bestia”

Como lleva años siendo costumbre, el Camorock da el pistoletazo de salida a la temporada de festivales veraniegos. En esta ocasión pudimos disfrutar de la décima edición del festival con un evento digno de los festivales más afamados.

El Camorock es uno de los irreductibles festivales, quienes años tras años tratan de traer a su pueblo o ciudad el mejor cartel posible, manteniendo el espíritu humilde y valores desde su creación, pero creciendo de manera exponencial en materia organizativa y de público.

El Camorock quiso cerrar un circulo y no podría hacerlo de mejor manera que contando con ARÁBIGA para abrir el evento. La banda estuvo presente en la edición inaugural de 2011 en un festival encabezado por SARATOGA y AZRAEL.

Con una formación distinta a la que actuó en el Córdoba Grita, sin su anterior frontman José. Y podemos afirmar que la nueva formación no defraudó. Quizás se perdió en movilidad, pero el trabajo realizado por Mario a la voz y guitarra es impresionante y nos hizo olvidar a su predecesor. El resto de la formación no se queda atrás con Raúl y su pelazo volando gracias a un ventilador colocado estratégicamente. No dejamos de lado a José Pina que no conseguía mantenerse detrás del teclado de las ganas que tenia de comerse el escenario.

En el setlist se mantenía algunos de los temas que me llamaron la atención en el anterior concierto como Reino de Taifas, Tras el cristal y ver como otros más recientes se han asentado en las actuaciones de la banda y han sabido conquistar al público, como La danza del amor y El sueño de un Sultán. Otro corte que no me dejó indiferente fue Eres tú,  que me dejo muy buen sabor de boca.

Una actuación redonda donde el grupo ha sabido ganarse el cariño del público, un público que les ha apoyado de principio a fin.

SNAKEYES es una de mis debilidades, aunque su último trabajo Evil Must Die me dejo un poco descolocado, en directo estamos hablando de otra cosa, estamos ante una apisonadora digna de los más grandes nombres del género.

SNAKYES ya no es el sueño loco de Pepe Pineda, es una realidad. Estuve comentando a mi compañero Juankar. ”¿Cuándo dejó el heavy metal de ser divertido como lo es SNAKEYES?” ¡Gran pregunta! ¿Cuándo dejó de ser el metal una diversión, unos riffs acerados y unos estribillos coreables?

Cosmín va ganado en soltura sobre el escenario y por fin no se queda concentrado en su voz, sino que se mueve y sobre todo ya interactúa de manera tímida en castellano, que es de agradecer. No dejamos de lado a Justi Bala quien ofrece un derroche de clase a la guitarra y Carlos Delgado dejando buena nota de la pegada que lo caracteriza desde más de dos decenios sobre los escenarios

El setlist ha sido el mismo que en su paso por el Algarroba Rock, orientado a su último trabajo sin dejar de lado temas clásicos de la banda como Ultimate Sin, Evolution, Metal Monster y por supuesto el enorme tema final Down With The Devil.

Una actuación perfecta que ha contado con la participación de Manuel Rodríguez, vocalista de SPHINX, quien participó en Down With The Devil a modo de hermanamiento de las bandas. SNAKEYES sigue creciendo y se merece ya la oportunidad de liderar carteles, ¿alguien se atreverá a apostar por ellos?

¡Bueno! CELTIBEERIAN es como siempre un rodillo y actúa como tal. Desde el inicio de su show hasta el final no dejan a respirar a nadie. Temas cortos y efectivos donde la voz melódica de Patri va ganando protagonismo, no al detrimento de la de su carismático cantante Gus, sino como un complemento natural a sus guturales.

Hace ya tiempo que vio la luz Deiwos, en 2017, y la banda ha sabido sacarle el máximo rendimiento y ganando puesto en la jerarquía del metal nacional. Pero visto lo presenciado en el Camorock, se avecina grandes momentos para la banda y sobre todo una evolución natural hacia una verdadera dupla de vocalistas.

Sobre el escenario se ha visto una banda entregada donde destaca la presencia de Patri con su violín, sin dejar de lado a Gus y Vasco (bajo y guitarras respectivamente), sin contar con el enorme trabajo de Dagba quien maneja todo tipo de instrumentos de aire como la gaita y flautas varias y no para quieto, hasta tal punto que se bajó al foso para abrazar y conectar más de cerca con el público.

Una actuación conforme a lo esperado, sin grandes sorpresas, pero si como una confirmación de las capacidades de la banda en directo con un buen rollo contagioso.

SPHINX es uno de los nombres más sonantes del heavy metal patrio. En 2019 cuándo se anunció su reunión se avecinaba un paseo triunfal, paseo que se vio truncado por una pandemia, pero que no ha conseguido para nada quitar las ganas a la banda de tocar y pasarlo bien.

Volvemos a encontrar sobre las tablas a Justi Bala y Pepe Pineda, esta vez acompañado por Manuel Rodríguez (voz), Alex Sánchez (guitarra) y la última incorporación de la banda, Antonio Luis Pérez a la batería.

SPHINX es la excelencia del heavy metal, riffs y punteos de gran calidad, unas líneas vocales inspiradas en los clásicos del género que conforman un homenaje al heavy metal en castellano.

Desconozco si SPHINX está trabajando en nuevo material, pero con el setlist presentando en el Camorock, se les ha visto muy a gusto con temas como Destino, Noche maldita, o A las puertas del infierno. Hubo tiempo para devolver el guiño a SNAKEYES con una versión de The Troopers donde participaron Cosmin y Carlos Delgado, miembro fundador de la banda que decidió separar su camino de la banda en 2021.

Uno de los momentos álgidos fue el tema No, tema en contra de la violencia de género, y como no la traca final con Momentos de Lucidez, Ángel sin piedad y el tema que da nombre a la banda Sphinx.

Tengo que reconocer que nunca había escuchado la banda, y me esperaba algo más rancio y fue todo lo contrario, me encontré una banda con ganas y con una repertorio vigente y acordes a los tiempos que vivimos. Han ganado un seguidor.

Pasadas las doce de la noche, tras anunciarse un cambio de última hora debido al retraso en la llegada de los instrumentos y vestuario de BATTLE BEAST, DARK EMBRACE se tomaron su tiempo para dejar el escenario a su gusto. Se nota que llegábamos a la parte final del festival por las protestas de parte del público, que no entendían el cambio de orden. Demasiada demora en el montaje no sirvió más que para desesperar un poco a los que esperaban impacientes que siguiera el espectáculo.

Desde Galicia, DARK EMBRACE llegaba con su death metal melódico, con toques doom y metal gótico para poner más oscuridad a la velada. En el sentido musical y literal, con una iluminación casi tenebrosa de luces rojas y momentos verdaderamente oscuros. Tras haber regrabado “The Call of The Wolves (Re-Howled) (Massacre Records, 2022), un trabajo mezclado por Piet Sielck (IRON SAVIOR) llegaban con un espectáculo coherente, con un Óscar Rilo que supo llenar el escenario con soltura, presencia y dominio de diferentes registros vocales.

Sin duda, una propuesta diferente, casi podríamos decir extraña en cuanto a la difícil adscripción a un sonido concreto. Si bien es cierto que pueden recordar lejanamente a MOONSPELL o DARK TRANQUITY, ellos han ido creando un sonido que les identifica como banda, diferenciándose de otras propuestas similares.

Con un próximo disco ya en el punto de mira, el Camorock era la oportunidad de presentar dos nuevos temas Never seen the sun y Dark heavy metal y sobre todo ir cerrando un ciclo por todo lo alto, con coherencia musical y una puesta en escena que no defraudó y les dejó demostrar, una vez más, que la banda está en pleno ascenso.

Llegado el turno de los finlandeses BATTLE BEAST y todo rastro de cansancio por la larga jornada de metal quedó diluido a los pies de una imponente Noora Louhimo que apareció poderosa, cual diosa finlandesa que brilló en escena nada más pisar las tablas. La intro que da inicio a su último disco Circus of Doom, servía para abrir la noche, sin duda un inicio a la altura del espectáculo, sería el comienzo de todo lo que íbamos a ver después. Con un registro vocal impresionante y una capacidad para dar espectáculo que desbordaba todo lo previsible, Noora sabe sacar provecho de estar arropada por una banda tan espectacular como ella misma.

No sólo el escenario, que también se preparó para el lucimiento de la banda, sino todos los detalles que fuimos viendo después, completaban la sensación de estar ante una de las grandes bandas del momento. Y es que, si de espectáculo se trata, BATTKLE BEAST sabe alternar momentos épicos, más serios y centrados en lo musical, con otros más distendidos, como la presencia en escena de un “instrumento clásico del folk finés”, que, entre otros “instrumentos” llevaba adosada una botella de ginebra y tónica. Ni corto ni perezoso, su teclista Janne Björkroth improvisó como bartman repartiendo unos gin-tonics  entre sus compañeros y el público de la primera fila.

Mucha interactuación entre los miembros de la banda y de éstos con el público y momentos curiosos como el de Noora colgándose el bajo y, aunque no pudo demostrar su soltura con el instrumento, quedó como otra anécdota más para disfrute de sus muchos fans.

Sobra decir que, con una frontwoman tan poderosa al frente, lo difícil era fijarse en lo que iban haciendo el resto de músicos, pero, si no se perdía de vista a ninguno, quedaba claro que todos ellos aportan mucho a un espectáculo que no baja de intensidad desde el comienzo hasta los últimos acordes.

Cierto es que cerraban el festival por una cuestión puramente accidental, pues un retraso en la llegada del equipaje de la banda, (incluidos los instrumentos) puso en peligro la imponente puesta en escena del grupo. Por eso de forma acertada se cambió el turno de actuación con el grupo Dark Embrace, permitiendo que todo llegara a tiempo. Aunque la verdad es que este orden favoreció mucho más el desarrollo de un festival que, con ellos, se cerraba con toda la estética y la épica que sabemos van a brindar esta banda con temas rápidos, alegres y vitales, ideal para sacar del sopor a cualquiera que pudiera estar cansado a esas horas de la noche.

A pesar de haber sacado recientemente su Circus of doom el repertorio no giró exclusivamente en este último trabajo, sino que hizo el consabido recorrido por la discografía de una banda tan espectacular como talentosa. A grandes hits nuevos como Where Angels Fear to Fly, Russian Roulette o Wings of Light, entre otros, se les unieron viejas caras conocidas como  No More Hollywood Endings, Straight to the Heart o Eden, con la que cerraron el concierto.

Cierto es que cerraban el festival por una cuestión puramente accidental, pero hay que decir que este orden favoreció mucho más el desarrollo de un festival que, con ellos, se cerraba con toda la estética y la épica que sabemos van a brindar esta banda con temas rápidos, alegres y vitales, ideal para sacar del sopor a cualquiera que pudiera estar cansado a esas horas de la noche.

Una vez retirado BATTLE BEAST se pudo celebrar el decimo aniversario del festival con una espectacular tarta y un discurso de la organización. Un organización que se ha visto enfrentado a su edición más compleja, no por cuestión de cartel o problemas de funcionamiento, sino por verse enfrentado a un momento delicado cuándo se presentaron los cabezas de cartel sin vestuario ni instrumentos. No solo se obligó a cambiar el orden sino que el retraso acumulado solo sirvió para garantizar que BATTLE BEAST pudiera actuar con toda normalidad, y cerrar como lo hicieron un décima edición que marcará historia en el festival.

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